Si lo hubiera propuesto en la adivinanza del viernes, estoy segura de que muchos habríais apostado por un jarrón o un lapicero, y en el fondo creo que no hay nada que nos impida utilizar este complemento para cualquiera de esos usos... Una ventaja más a su favor, cuando no lo necesitemos como humidificador, que es su función real, podemos usarlo para esas otras cosas.
El interés del uso de un humidificador, radica en qué con la calefacción, en invierno, el ambiente se reseca demasiado. Si encima de algunos de los radiadores colocamos aparatos que emitan vapor de agua al ambiente, este se mezcla con el aire circundante proporcionando una humedad agradable. Para ello únicamente hay que colocar agua en su interior y dejar que se caliente.
En este caso la originalidad está en el diseño, porque recuerda a la forma de una antigua fabrica y emitirá el vapor por su chimenea. El caso es que quedará bonito colocado sobre los radiadores, al ser de cerámica blanca es fácil de combinar en cualquier ambiente, es perfecto para su función y como ya habíamos dicho antes, cuando no lo necesitemos, por ejemplo en verano, podemos usarlo para colocar bolígrafos o unas bonitas flores.
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