No sé si alguno de vosotros ha convivido alguna vez con un músico; yo sí, y encima, polifacético. Por lo visto, a mi hermano le supo a poco tocar la flauta en el colegio y desde entonces la cosa ha ido a más.
Todo empezó con un inocente teclado y ha acabado con un sinfín de guitarras, un bajo, un piano y, como no, una batería, que además de ocupar lo suyo, hace un ruido de narices.
Así que voy a proponer este árbol de Navidad para músicos; unos cuantos tambores adornados con luces de colores y rematados por una pandereta a modo de estrella de la Navidad. Con este sencillo gesto no sólo nos ahorraremos tener que comprar uno (y guardarlo el resto del año), sino que disfrutaremos de paz y amor en nuestro hogar.
Además, si el ambiente decae, se puede desmontar y repartir entre los invitados, que armar ruido es algo característico de estas fiestas, cantar villancicos es opcional y secundario.
Vía | Apartment Therapy
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