Como ya sabéis, Villeroy & Boch, es una de las firmas mundiales líderes en menaje, baño y wellness. Y hace unos días, Decoesfera tuvo la suerte de conocer in situ las instalaciones que esta firma tiene en la preciosa localidad alemana de Mettlach.
Unas instalaciones que nos sorprendieron por la mezcla de tecnología y tradición que aúnan, porque pese a tratarse de una empresa multinacional que dispone de tecnología de vanguardia, una de sus fortalezas es el respeto por las tradiciones y el mimo que ponen en la fabricación de cada una de sus piezas.
De hecho, a la hora de escribir este post una de mis preocupaciones es precisamente tratar de transmitiros ese cuidado que ponen en el proceso de fabricación, y en la decoración manual de muchas de sus piezas que hacen que los productos de Villeroy sean tan especiales, 250 años después de su fundación.
En Meetlach, la pequeña ciudad alemana en la que tiene su cuartel general esta compañía que todavía hoy conserva su carácter familiar pese a tener más de 7.000 empleados por todo el mundo, pudimos conocer la sede central de la compañía, situada en una hermosa y antigua abadía benedictina, y las fábricas de menaje y la de baño y wellnes.
Y aunque iba especialmente predispuesto a disfrutar de la fábrica de menaje, dado que soy un auténtico fanático de la porcelona y del mundo de las vajillas, tengo que reconocer que la fábrica de baños no se quedó atrás.
La fábrica de Menaje de Villeroy & Boch
Además de conocer el entorno natural en el que se ubica la sede central de Villeroy, y de conocer en persona a los cinco bloggers que nos acompañaron en esta aventura (Miren, Fran, Kati, María y Leti), tenía especial interés por conocer el proceso de fabricación de las piezas de menaje de Villeroy por mi particular afición al mundo de las vajillas.
Y lo que más me sorprendió sin duda fue, además de la tecnología de última generación utilizada para fabricar las piezas, fue ver cómo entre las cadenas automatizadas, todavía se da mucha importancia al trabajo manual y al acabado artesanal de cada objeto.
Tras pasar por los procesos de modelaje, horno... muchas de las piezas son estampadas y pintadas a mano en un proceso que reúne tecnología y artesanía. Impresionaba ver la precisión de las empleadas alemanas pintando con mimo y cuidado tazas, platos y otros objetos de menaje que acostumbras a ver en revistas y tiendas.
También nos llamó mucho la atención el proceso de revisión manual de cada una de las piezas que salen del proceso de fabricación, para garantizar que cubren los estándares de calidad de la empresa.
La Fábrica de baño y wellnes
Si la visita a la fábrica de menaje me encantó, la visita a la fábrica de baño y wellnes no se quedé atrás, pese a que el mundo del baño no está entre las cosas que más me llaman la atención. Pero la verdad es que fue toda una experiencia poder comprobar allí mismo cómo se fabrican los sanitarios de los que tantas veces me ha tocado hablar.
Al igual que en la fábrica de menaje, en la fábrica de baños se mezcla a la perfección la tecnología punta de las cadenas de montaje totalmente automatizadas con el proceso artesanal para terminar cada una de las piezas.
Desde el modelado final con los remates, realizado pacientemente a mano por auténticos artesanos, al estampado también a mano de los logos de Villeroy en los lavabos, bañeñas o sanitarios que luego lucen en nuestras casas o en nuestros negocios.
La sede central de la empresa: una antigua abadía
Si las dos fábricas que Villeroy tiene en Meetlach nos asombraron, la sede central de la empresa nos atrapó. De entrada, ya es extraño que una empresa del tamaño de Villeroy esté situada en un lugar pequeño y con encanto como Meetlach en lugar de estar ubicada en una gran ciudad de la talla de Frankfurt, Berlín o París.
Y si ya es raro que una empresa de este tamaño tenga su sede en una pequeña localidad, casi más extraño es que (por suerte), haya desechado la idea de tener una sede de hormigón y cristal al estilo de las grandes multinaciones y esté emplazada en un lugar tan impresionante como una antigua abadía benedictina llena de escalinatas, suelos hidráulicos, molduras de infarto, lámparas de araña, chimeneas y cantidad de detalles que sería imposible mostrar por falta de espacio.
En este edificio, además de despachos, y de distintos departamentos de la empresa, se alojan distintos espacios expositivos, a cual más llamativo. El primero de ellos es el Museo de la Cerámica de Mettlach, un museo que cuenta con una interesante colección de tesoros cerámicos de diferentes siglos y que te hace ir vitrina tras vitrina descubriendo objetos que te encantaría tener en casa.
También en este edificio se encuentra la exposición Keravisión, en la que en distintas recreaciones se muestran los 250 años de historia de esta empresa, recorriendo distintas épocas históricas mediante las piezas de Villeroy.
También destacable es la exposición 'Mundo del Menaje de Mesa', una exposición en la que se presentan distintas colecciones de Villeroy en encantadores entornos ambientados llenos de detalles, ideal para captar ideas de cómo utilizar las vajillas de esta firma germana.
Y por supuesto, no podía dejar de nombrar el showroom con las colecciones de baños y spa de Villeroy, descubriendo en vivo y en directo maravillas del diseño como el lavabo Octagón, entre otras muchas piezas.
Sin duda, un viaje inolvidable que nos ha hecho conocer un poquito más de cerca la filosofía y las formas de producción de esta conocida e histórica firma alemana.
Más información | Villeroy & Boch
En Decoesfera | Villeroy & Boch
Fotografías: Decoesfera y Villeroy & Boch