No es la madera el único material que se utiliza en la fabricación de mesas, en concreto en su superficie, también hay mesas de cristal, de metal… incluso de plástico, pero lo del cuero yo hasta ahora no lo había visto. En este caso no es que la piel se haya colocado sobre otro material más resistente como forro, sino que la superficie de la mesa está hecha con ella.
El truco está en el ajuste de la tensión, la piel debe estar muy tensa para que la superficie de la mesa se pueda utilizar con normalidad para comer o incluso para trabajar. En principio la idea es original, el acabado suave y a nivel estético ofrece posibilidades interesantes, pero lo de la funcionalidad yo ya no lo tengo tan claro.
Aunque el fabricante Lucas Peet garantiza que la mesa de puede utilizar de forma normal cumpliendo todas las funciones de cualquier otra, mi duda está en el resultado a largo plazo. Me refiero a que es probable que la piel acabe cediendo o se vaya deteriorando y que así la estabilidad y la firmeza de la mesa disminuya.
De nada sirve una mesa si es un mírame y no me toques, no queremos una mesa para adornar si no podemos utilizarla para comer, para apoyar cosas o para trabajar. La mesa tiene una superficie que se utiliza mucho y sobre la que se colocan que pesan bastante, habrá que esperar para ver el resultado que da esta mesa con el paso del tiempo y después de mucho uso.
Vía | Stilsucht
Más información | Lucas Peet
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