Bien, ya sabemos lo que necesitas en condiciones ideales es decir, suponiendo que no tuvieras ningún tipo de límite en dinero o espacio, pero desgraciadamente eso no es así en la mayoría de los casos.
Antes de empezar a imaginarte los cambios en casa, tienes que darte cuenta de cuales son tus limitaciones, primero las físicas, las más importantes por su dificultad para esquivar, luego las económicas, que también son importantes pero con las que podemos jugar más gracias a los sistemas de financiación.
Empecemos por el espacio:
Si dispones de una cocina vacía lo tienes más fácil, sólo tienes que medir y adecuarte a ese perímetro pero si tienes parte de la cocina montada (por ejemplo la encimera o la isla central) lo tienes algo más díficil, en ese caso no sólo tienes que medir el perímetro, ancho, largo y alto, sino que además tienes que tener en cuenta la altura y disposición de cada uno de los objetos inmóviles que tengas en la habitación, ten en cuenta que estos condicionarán las medidas de los electrodomésticos y del resto del mobiliario.
Una vez que tengas controlada la superficie y el alto ya te será más fácil elegir el mobiliario y los electrodomésticos, por supuesto, contando con tu presupuesto.
Lo mejor para no pasarse, sobre todo cuando hablamos de la cocina donde siempre hay cosas nuevas que queremos tener, es hacer un listado detallado de cuánto queremos y podemos gastarnos y en qué, ten en cuenta que no sólo son muebles y electrodomésticos, probablemente tengas que hacer algún tipo de instalación (si es una vivienda nueva), pintarla, ponerle unos suelos a tu gusto,... o si vas a financiar el pago contar con unos intereses.
Después de tener el presupuesto piensa en qué te corre más prisa, tal vez sea buena idea ir haciendo las compras poco a poco, si algo no es estrictamente necesario.
Además puedes ahorrar bastante si comparas precios. La diferencia puede ser muy grande de una tienda a otra, y no te olvides de consultar en internet, ni preguntar por los distintos tipos de financiación.