Llevamos varios años abonados al estilo decapé y ni termina de pasar, ni nosotros le dejamos que pase. Diferentes técnicas, colores y materiales para conseguir ese ambiente elegante y personal, con un puntito decadente, pero que a la vez cuidado y sobre todo muy luminoso, para dar nueva vida a sillas, estanterías, mesas o cualquier mueble que queramos.
El clásico aparador o cómoda familiar heredada de madera oscura, que no nos pega ni con cola entre los muebles de Ikea y los de Maisons du Monde, puede convertir nuestro salón, tras una pasada por el taller de restauración, en la portada de una revista.
El tiempo pasa, pero la afición por la pintura decorativa ha ido en aumento, y ahora no sólo queremos un decapé, sino que cada vez nos gusta más y vamos rizando el rizo, ya sea con las líneas doradas o una capa de pátina para darle un toque más sofisticado.
El decapé es la técnica perfecta para ocultar una madera fea o mala. Bajo una capa, que todo lo tapa, todo queda oculto. O bien para cambiar de estilo cuando te aburres de tus muebles, ya que da un aire muy diferente a las estancias, transformándolas por completo.
Además entre sus ventajas cuenta con que es una técnica reversible, es decir, que cuando cambies de decoración puedes hacer que los muebles recuperen su aspecto original.
El decapé lleva una década dorada en la decoración y no parece que tenga intención de abandonarnos en mucho tiempo. ¿Os gustan los muebles decapados?
Imágenes | Dreamy Whites,Houzz
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