Hoy nos adentramos en una impresionante casa en el puerto de Pollensa, un proyecto de Paul Robinson. Acogedora y minimalista, en ella predominan el blanco y el negro, los materiales nobles y el diseño elegante. La propiedad en cuestión era una casa de más de 400 metros cuadrados ubicada en Boquer, Puerto Pollensa. Había sido abandonado a mitad de construcción y se había llenado de ocupas.
El proyecto que los propietarios tenían en mente era el de una casa abierta y luminosa que transmitía una sensación de amplitud. Estos requisitos implicaron el rediseño de algunos de los espacios más importantes de la villa.
Hacer realidad este sueño implicó una renovación completa, incluso en partes de la estructura principal. Los espacios se rediseñaron, se demolieron particiones y se dejó un espacio diáfano que consistía en la cocina, la sala de estar y comedor, dormitorios y el área de recepción. El exterior se convirtió en una extensión natural del interior. Azulejos modernos se combinan a la perfección con lujosos suelos exteriores de piedra, que, junto con la piscina diseñada con consideración, han creado un exterior esencial para el estilo de vida mediterráneo.
La practicidad y la comodidad son clave en el interior. Se instalaron sistemas de ventilación eficientes, escaleras de piedra envejecidas y ventanas ordenadas personalizadas. Los propietarios querían un interior limpio y elegante con formas simples en el que dominara un estilo minimalista sin la necesidad de sacrificar el carácter.
En el piso de arriba, las vistas a las terrazas y la piscina se incrementaron al instalar ventanas grandes en la fachada principal que inundan cuatro amplios dormitorios con luz. Cada habitación servida por su propio baño permite privacidad y comodidad. En la planta superior, la acogedora terraza ofrece increíbles vistas de las montañas de Tramuntana y del relajante mar azul del puerto.
¿Cuál es el espacio de esta casa que más os gusta?
Más información | Paul Robinson
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