Reformar una casa puede ser un proceso emocionante, cargado de ilusión y creatividad. Sin embargo, también puede convertirse en una experiencia frustrante y costosa si se cometen errores que, en muchos casos, son evitables. Así lo asegura el arquitecto argentino Marcelo Seia (@marceloseis.arq), quien ha liderado decenas de reformas integrales y asegura que muchos problemas comienzan no con los materiales, sino con decisiones mal tomadas desde el inicio.
Con más de 35 años de experiencia, el arquitecto Marcelo Seia advierte sobre los errores más frecuentes al reformar una casa. Desde estructuras mal intervenidas hasta instalaciones obsoletas que se pasan por alto, su enfoque es claro: antes de dejarse llevar por las tendencias, hay que escuchar lo que la casa tiene para decir.
Muchos creen que reformar es cambiar pisos, pintar paredes y modernizar el baño. Pero si no entendemos cómo funciona la casa y qué está intentando decirnos, podemos estar maquillando problemas estructurales graves. Por eso, en un reciente video que se ha vuelto viral en redes, el arquitecto expone los 7 errores más comunes que observa a diario en obras mal planificadas.
Romper sin saber qué se está rompiendo
Uno de los errores más graves es tirar paredes sin realizar estudios previos. Algunas divisiones pueden eliminarse sin problema, pero otras son estructurales o de carga y sostienen el techo.
Una pared de carga no se puede tirar así como así. Hay que hacer un estudio técnico. Si se interviene mal, no estamos hablando solo de un error estético: puede ser una tragedia estructural.
Mantener instalaciones antiguas
Una reforma es la oportunidad ideal para renovar cañerías, instalación eléctrica, desagües y gas. Sin embargo, muchas veces, por ahorrar en el corto plazo, se decide dejarlas como están.
"Si la casa tiene más de 50 años, hay que cambiar toda la infraestructura oculta", advierte el experto. Es como querer poner un motor nuevo en un coche viejo sin revisar los frenos. Tarde o temprano, va a fallar.
No escuchar lo que la casa está diciendo
Sí, la casa "habla". Y muchas veces lo hace a través de síntomas visibles, como grietas, manchas de humedad, pintura que se descascara o moho. El problema es que solemos taparlos con soluciones estéticas sin resolver la causa de fondo.
"En realidad esa casa te cuenta que algo raro esta pasando a través de síntomas. Muchas veces, en lugar de escuchar, ponemos parches estéticos como las grietas en las paredes o manchas de humedad", advierte.
Ignorar el estado del techo
Es uno de los elementos más olvidados y más fundamentales. Antes de pensar en abrir una cocina o renovar el suelo, Seia insiste en subir y revisar el techo. El techo protege todo lo que hay debajo. Si hay filtraciones, manchas, hongos o pintura que se cae, lo primero que tienes que hacer no es cambiar el revestimiento, sino atender esa estructura.
Subestimar los suelos originales
Muchas veces se decide romper un suelo antiguo sin evaluar si se puede restaurar. Y lo cierto es que en muchísimos casos, un buen pulido o plastificado puede dejarlo como nuevo.
Por eso, antes de levantar un suelo, revisa si se puede recuperar. Y si vas a colocar uno nuevo encima del viejo, asegúrate de que esté perfectamente nivelado. Lo que no hay que hacer nunca es pintar el piso: la pintura se desgasta y el resultado es desastroso a mediano plazo.
Reformar el baño sin tocar lo esencial
Cambiar los azulejos y modernizar los muebles del baño es tentador, pero si no se reemplazan las viejas cañerías, es probable que los problemas aparezcan poco después. El baño es uno de los espacios más delicados de la casa. Por eso, si no atacas desde la raíz (que son las instalaciones), solo estás aplazando los inconvenientes.
Empezar sin un análisis económico real
Finalmente, Seia recuerda que no todas las casas valen la pena ser reformadas, especialmente si la intervención será integral. Por eso, analizar los costos y comparar con una construcción desde cero puede ser más sensato de lo que parece.
Es decir, hay casas que vale la pena conservar, y otras que no. "Hay que negociar con la casa", ver qué te da y hasta dónde puedes llegar. Solo así la reforma será inteligente y no un capricho costoso.
Una filosofía basada en la lógica y el respeto por la casa
Más allá de modas, tendencias o estilos, Marcelo Seia propone un enfoque basado en el análisis, la lógica y el sentido común. Para él, reformar no es imponer una estética, sino trabajar con lo que la casa ofrece, respetar su estructura y adaptarse a su historia.
Este enfoque no solo ahorra dinero y evita errores irreparables, sino que también invita a una relación más consciente con los espacios que habitamos. Porque a veces, antes de tirar una pared o cambiar un suelo, lo mejor que podemos hacer es detenernos, mirar, y escuchar lo que la casa nos quiere contar.
Fotografía de portada | Marcelo Seia
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