Mientras realizaba el post sobre Para este verano hermosos baños muy básicos, casi espartanos con la bañera como protagonista, descubrí el trabajo del interiorista Romain Michel-Menière, un diseñador francés afincado en Marrackech que decora las casas y hoteles más hermosas del Oriente Medio.
Es tan espectacular su trabajo como sus emplazamientos, viejos y señoriales edificios de estilo árabe de distintas épocas rehabilitados. Como no quiero que te pierdas ningún detalle de sus trabajos, te los iré descubriendo en distintos posts. Hoy me centro en la rehabilitación de un Riad que resurge de sus cenizas en Marrakech.
Los Riad Marroquíes son las clásicas residencias tradicionales de Marruecos, generalmente situadas dentro de las medinas o cascos antiguos, donde más abundan es en Marrakech, Essaouira y Fes. Si paseas por las estrechas calles de la Medina rodeadas de casas con toscas fachadas, nunca imaginarías que dentro se encuentran auténticos palacetes o villas.
Al traspasar el umbral descubrimos un gran patio con una fuente que nos da la bienvenida. En la actualidad su mayoría han sido adquiridos por europeos y posteriormente restaurados. Como le sucedió a la británica Philomena Merckoll, la propietaria de este magnífico Riad.
La vida del Riad es discreta y de espaldas a la calle, donde las habitaciones se organizan simétricamente alrededor de estos jardines, garantizando intimidad y silencio a tu vecindad, algo de vital importancia para su cultura.
En la planta baja encontramos las zonas comunes, cocina, comedor y los salones, y en los pisos superiores, generalmente tienen dos pisos, hay las habitaciones. La gran mayoría usan el tejado como terraza, donde puedes tomar unos desayunos de ensueño mientras tomas el sol.
En la rehabilitación han conservado todos los elementos arquitectónicos originales, como celosías, ventanas y contraventanas, los diferentes tipos de arcos, la disposición de las vigas y los techos trabajados en madera, además han pintado con la misma paleta cromática original todos estos elementos.
Del trabajo de Romain quiero destacar su labor con la iluminación natural, el magnífico uso que hace del color y como mezcla a la perfección dos estilos tan antagónicos como son la estética árabe y el diseño industrial, creando un estilo propio lleno de charme, confort y armonía. Su ejercicio estilístico es muy parecido al genial duo que conforma Dimore Studio.
Me gustaría destacar el precioso conjunto de mesa y sillas Tulip en la cocina combinado con ese color verde piedra de los muebles de la cocina junto a una hermosa baldosa hidráulica; además de la hermosa silla Barcelona de cuero blanco en uno de los salones de la planta baja, entre muchas otras piezas que añaden un toque de color y personalidad al espacio.
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