El otro día, mientras zapeaba tediosamente entre la extensa pero decepcionante oferta de la TDT, me encontré con el principio de la primera entrega de "El padrino" (The Godfather, 1972), que comienza con la boda de Connie, la hija de Don Corleone, celebrada en los jardines de su casa, y que es la que ahora os enseño.
La casa de "El Padrino" es una mansión de ocho habitaciones situada en Staten Island, la isla más al sur de las que conforman la ciudad de Nueva York, en un zona residencial adinerada, donde las casas de este tamaño son habituales.
Está construida en un estilo Tudor, que adquiere su nombre de los reyes ingleses que gobernaron Gran Bretaña durante finales del siglo XV y todo el siglo XVI. Es un estilo medieval y conservador, bastante habitual en las mansiones de toda la zona de Nueva Inglaterra en los Estados Unidos.
Como decía, es la casa de Don Corleone y su familia, así como el jardín en el que se celebra la boda que abre la primera película de la saga, pero, cosas del cine, las escenas de interior no se rodaron en la casa, sino en otro lugar, probablemente unos estudios de cine o tal vez otra mansión.
Así pues, no os esforceis en intentar reconocer algunas de las habitaciones de las imágenes de la galería que encontraréis al final, porque según he entendido, ninguna llegó a salir en la gran pantalla. Seguramente demasiado luminosas para el juego de sombras que Francis Ford Coppola tenía pensado para la película de referencia del cine de gangsters y mafiosos.
Los más avezados notaréis que tampoco el exterior que rodea a la vivienda es exactamente como aparece en la película, que era poco menos que una pequeña fortaleza, con una gran muro de piedra, una caseta de vigilancia y una reja que impedia la entrada. Atrezzo del bueno, todo de cartón piedra.
A pesar de todos estos peros, sigue siendo una casa de culto para los amantes de "El Padrino", que ahora están de enhorabuena --sobre todo los más adinerados-- ya que está a la venta por poco más de dos millones de euros --bueno, lo estaba hace un par de años, ahora tal vez se ha vendido--. Una ganga si de hacerse con la casa que sirvió de escenario para gran parte de la película se trata.
Os dejo con un vídeo en el que entrevistan a los dueños, que narran, en inglés, la historia de cómo fue vivir de primera mano el rodaje de muchas escenas del film en su propia casa, así como algunas anécdotas curiosas.
Vía | Luxist En Decoesfera | Casas poco convencionales: la casa de los Picapiedra