Es posible que los que, como yo, aún no hayáis superado la treintena, no conozcáis la casa de Cameron en la película “Ferris Bueller’s Day Off”, traducida nefastamente al castellano como “Todo en un día”, pero los que la hayáis visto, seguro que recordáis el magnífico garaje de Frye Cameron, amigo de Ferris, donde entre otras joyas del automovilismo lucía un Ferrari 250GT Spyder California que es parte fundamental de la trama y el desenlace.
La casa a la que pertenece el garaje, diseñada por los arquitectos A. James Speyer y David Haid en 1953, está situada en Illinois, el mismo estado norteamericano en el que se encuentra la casa Farnsworth, de Mies van der Rohe, en quien es posible que se inspiraran, pues la vivienda tiene un aire “miesiano” innegable, aunque con sutiles y cruciales diferencias de estilo.
La edificación se levanta sobre una arbolada ladera de los bosques del norte de Chicago, aprovechando la inclinación de la montaña para crear la sensación de que la vivienda flota sobre el suelo, sensación a la que ayuda también el hecho de que los pilares sean escasos y nunca estén colocados en las esquinas, creando voladizos que aumentan la ligereza visual del conjunto.
Al igual que como ocurre con la casa Farnsworth, aquí los muros brillan por su ausencia; casi todo son grandes ventanales que recorren la vivienda de lado a lado y de suelo a techo, lo cual no sólo sigue esa linea de ligereza, sino que además le permite formar parte del paisaje de una forma delicada, incluso pesar de estar hecha con materiales tan poco propios del bosque como el acero y el vidrio.
Como podréis ir viendo las fotos, la casa es más bien una mansión con al menos dos módulos independientes además del garaje, porque he encontrado dos cocinas y dos grandes salones, así que los más seguro es que existiera una casa de invitados o tal vez del servicio.
El salón de la vivienda principal es una gran pieza completamente abierta al bosque, tanto, que parece que podamos saltar a los árboles desde la ventana. Está decorado de una forma extraña, mezcla del estilo más vanguardista de mediados del siglo XX con otras piezas mas contemporáneas de su época que hacen que, al igual que la cocina, se quede a medio camino entre varios estilos.
En las imágenes se pueden apreciar pequeños detalles que alejan a esta casa de lo sublime —aunque sigue siendo preciosa— como la carpintería gruesa de las puertas, las ventanas y el balcón, el hecho de que el suelo no sea continuo en toda la vivienda y, sobre todo, que el espacio se haya fraccionado llevando las divisiones hasta el techo, echando a perder su fluidez y unidad.
No obstante, todas esas pegas pasan a un segundo plano cuando nos encontramos en espacios tan impresionantes como el enorme salón de la casa de invitados, que de nuevo se abre al bosque para hacernos sentir como una ardilla que sale de su madriguera en el hueco de un árbol y que, con su escasa decoración, nos hace sentir su inmensidad y solemnidad.
La cocina tampoco se queda atrás, más similar a la que podíamos encontrar en la obra de Mies van der Rohe, y nos ofrece unas magníficas vistas al vacío mientras cocinamos. Aunque para vistas, las que podemos observar desde alguna de las habitaciones; no me puedo imaginar lo maravilloso que debe ser despertarse en mitad del bosque o levantar la mirada del ordenador y poder perderla entre los árboles.
En definitiva, la casa de Cameron en “Ferris Bueller’s Day Off” es una pequeña delicia de la arquitectura en la que estoy convencido que casi todos estaríamos encantados de vivir. Una pena no tener el millón de euros que piden por ella, porque es un precio bastante asequible para semejante mansión.
Vía | Retro to Go
En Decoesfera | Casas con nombre: The Farnsworth House
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