Así es el impresionante casoplón de Mallorca de Michael Douglas y Catherine Zeta-Jones: ocho habitaciones y diez baños

La villa supera los mil metros cuadrados y su gran baza son sus vistas al recorte de la isla en la zona noroeste

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No son una pareja de moda (pasajera), sino que la alianza de Michael Douas y Catherine Zeta-Jones fue una de las enseñas hollywoodienses con más dires y diretes (sobretodo por las cláusulas que se impusieron entre ellos en caso de divorcio).

Cualquier gesto que realiza esta famosa pareja tiene ecos a lo ancho y amplio del planeta, con titulares copando las portadas de los grandes medios, en especial los de papel couché.

Y su casa en Mallorca no es menos en este sentido, pues en ella los Douglas Zeta-Jones han pasado (y pasan, ahora con sus hijos) gran parte de sus veranos, en un vecindario discreto y de los que valen su peso en oro.

Según publican medios como El Economista, esta casa es obra del Archiduque Luis Salvador, concebida en su proyección en 1880 como un remanso de paz y tranquilidad, con unas vistas del recorte de la costa noroeste de la isla balear que quitan el hipo, con unas puestas de sol ensoñadoras y orientada hacia la roca Sa Foradada.

Se trata de Can Caló, en Valldemossa, una casa que, no obstante, la pareja tiene a la venta en la inmobiliaria Charles Marlow, según consta en su web, donde se vende a nada más y nada menos que 13.7 millones de euros, pero esto no era todo.

Esta (Can Caló) y S’Estaca formaban parte de la finca original del archiduque, hasta que la primera pasó a formar parte del patrimonio de la actriz y Douglas conservó S'Estaca (al no conseguir venderla).

1.200 metros cuadrados

Esta casa de ocho dormitorios, diez baños y 1.200 metros cuadrados (más un terreno de 23.000) es una luminosa villa llena de historia y de mar, una mansión al alcance de poquísimos bolsillos.

Según la inmobiliaria, el archiduque, uno de los primeros conservacionistas, compró terrenos desde Valldemossa hasta Deià y restauró las fincas cercanas de Miramar y Son Marroig. Can Caló fue creado por él como un lugar donde alojarse para sus amigos cuando lo visitaban.

Esta casa está hoy impecablemente renovada, siempre con una ubicación sublime, de rico pasado y elegancia contemporánea. Es el sueño mediterráneo de manual de cualquier yankee de gran patrimonio.

Distribución interior

Al entrar a la casa, le da la bienvenida el lujo del espacio en el vestíbulo central que conduce a las diferentes zonas de estar. Hay varios salones, estudio, biblioteca y áreas de música, todos con grandes ventanales con vistas impresionantes al mar.

Tiene aparte un gran comedor para entretener a los invitados ubicado junto a la moderna cocina italiana hecha a medida con mármol y una mesa de desayuno sociable.

La casa principal tiene seis habitaciones con baño (todas con aire acondicionado, amplio espacio de guardarropas y radiadores) y dos habitaciones dobles con baño ubicadas en una casa de invitados separada con cocina independiente y comedor.

 

Brisa mediterránea

La brisa del mar lo refresca en las numerosas terrazas que dan a la piscina y a la cancha de tenis para aquellos a quienes les gusta mantenerse ocupados con actividades deportivas.

Cuenta con una hermosa zona ajardinada en el nivel inferior que lleva a la piscina color turquesa y a las instalaciones de ocio, ya sea para hacer ejercicio o relajarse con amigos. En el mismo nivel que la piscina, tiene una cocina americana totalmente equipada, salón, gimnasio, sauna y sala de cine.

Asimismo, hay una mesa de comedor magníficamente grande en una terraza con las mejores vistas del atardecer.  El patio abierto permite un fácil acceso a la mayoría de las habitaciones de la casa.

También hay un horno de pan mallorquín, una barbacoa y una sala de estar fuera de la casa de huéspedes, perfecta para cenar al aire libre.

En una terraza inferior privada se encuentra una gran bañera de hidromasaje escondida con su propia e íntima terraza para tomar sol. Ubicado hacia el frente de la finca, desde el amplio estacionamiento, hay un patio abierto donde se pueden escuchar los pájaros y la fuente de agua; esta es la parte original de la finca, bendecida con carácter y encanto.

Fotos | @Catherinezetajones/Instagram y @michaelkirkdouglas/Instagram

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