A menudo, los arquitectos y diseñadores nos obcecamos con grandes gestos y formas, queriendo que el resultado de nuestra obra sea protagonista. Sin embargo, el trabajo del buen arquitecto debe pasar desapercibido, en el sentido de que cuando uno entra en un espacio bien diseñado, debe sentir que esa era la solución obvia y no imaginarse ninguna otra mejor.
En esta casa en San Francisco, por ejemplo, el estudio Ryan Leiddner Architecture decidió que las vistas de la ciudad iban a ser las protagonistas. No sé si serán las mejores vistas de San Francisco, pero desde luego sí de a las que mejor partido se ha sacado.
Sin grandes alardes arquitectónicos, la casa es un conjunto de decisiones que una vez tomadas resultan evidentes, pero en las que reside precisamente el gran trabajo de los arquitectos: simplemente todo encaja, y eso es mucho.
Empezando por la cocina-comedor, un espacio dominado por la imponente panorámica de las colinas de San Francisco, a su vez potenciada por la limpieza de la apertura. La sensación no sería la misma si en vez del enorme ventanal hubiera dos ventanas, aunque fueran muy grandes. Así la casa se adueña de la ciudad, y la ciudad de la casa, de manera que el espacio, además de cocina y salón, se vive también como terraza.
En la planta inferior se encuentra el dormitorio, un baño y una pequeña terraza de madera. Me gusta que tanto el baño como el dormitorio aprovechen la luz exterior y las vistas (cada uno en la justa medida), pero sobre todo el pequeño retranqueo de la fachada en esta planta, que otorga un extra de intimidad a estos espacios más privados.
Es solo un pequeño gesto, incluso se podría decir que es un metro de casa que se pierde, pero con él se consigue ordenar visualmente los espacios, logrando que ya desde fuera notemos una sensación de cobijo en el dormitorio y de amplitud en el salón.
La elección de materiales y colores también ayuda a que en conjunto la casa resulte armoniosa: el blanco y la madera es una combinación que rara vez falla, y esta no es una excepción, pero es que me atrevería a decir que hasta es una elección que encaja a la perfección con los tonos del paisaje, completando una paleta de colores a la par vibrante y sosegada.
No esta casa en San Francisco una vivienda ostentosa ni llamativa. Un pequeño cubo de madera con grandes ventanas como los que se pueden vislumbrar junto a ella en algunas fotos, pero es todo un ejemplo de arquitectura bien hecha.
Vía | Design Milk
Más información | Ryan Leidner Architecture
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