Si hay un personaje que no deja a nadie indiferente en la Fórmula 1 es Flavio Briatore. Su vida privada siempre está en el candelero pero si a eso le sumamos su escandalosa expulsión de Renault hace unas semanas, tenemos el perfil de un personaje de lo más peculiar. El italiano es uno de los hombres más ricos del mundo y rebosa lujo (en muchas ocasiones hortera) por los cuatro costados.
Hoy quiero que me acompañéis a visitar la casa que está vendiendo en Nueva York estos días. Es un ático de 416 metros cuadrados con cuatro dormitorios con ventanas en tres de sus laterales desde las que se ve desde el East River al Chrysler Building, pasando por Central Park... y por “sólo” 20 millones de euros.
Sobre estas líneas, tenéis el salón principal. Como veis, las ventanas que van del suelo al techo dan una amplitud increíble, y da la sensación de estar flotando sobre Nueva York. Con esas vistas no hacen falta cuadros en las paredes. Podéis ver una zona de tertulia delimitada por dos sofás, varios sillones y tres taburetes que parecen tapizados en terciopelo.
En el comedor, tenemos una gran mesa de comedor rodeada de ocho sillas con estampado de cebra, ¿qué os parece? En mi opinión queda demasiado excesivo, sobre todo por la cercanía con el enorme centro que ocupa la mesa. Eso sí, la lámpara que está suspendida es una preciosidad, y me encanta el contraste que hacen estas piezas modernas con el caballo antiguo que tiene sobre el aparador.
El dormitorio es la parte de la casa que más me gusta. Está pintado de azul que ayuda a la relajación y combina varios tipos de madera tanto en el cabecero como en las mesillas. La escultura que aparece en la esquina se parece a las de Gargallo, pero no estoy segura de si la querría ver todas las mañanas con el riesgo que implica caerme encima por exceso de sueño. Lo único que no me acaba de convencer es el cabecero propiamente dicho porque me da la sensación de que está pasado de moda, aunque ¿quién sabe? A lo mejor los 50 volvieron sin avisar.
Sobre estas líneas, tenéis la biblioteca de Flavio Briatore aunque en esta vista no se ven los libros. Sólo la traigo a colación para que veáis cómo ha tratado las paredes de una manera diferente al resto de la casa, dejando el ladrillo visto pero pintando por encima del amarillo en el que están las zonas comunes para dar uniformidad. Las cortinas de cuadros, también pasadas de moda, seguro que hacen las maravillas de todas aquellas personas que buscan textiles “sufriditos”.
Me encantan las dos lámparas que hay a los lados del escritorio que parece de mimbre. Son preciosas y aportan simetría a un ambiente muy particular.
Esta imagen del cuarto de baño, más que por la decoración (que apenas se ve) os la pongo para que apreciéis las vistas, con el Central Park a la derecha emergiendo entre los rascacielos. Quién tuviera ahorrados los veinte milloncejos que pide.
Imágenes vía | The Real Estalker y Motorpasión
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