En los alpes italianos, en Alpe di Siusi (Bolzano), una vivienda granero se ha convertido en una sorprendente vivienda.
El proyecto, realizado por el estudio Noa * , se basa en las construcciones tradicionales del sur del Tirol pero con un interior sorprendente. Se ha tenido en cuenta la tradición, pero en el interior se ha creado una identidad original por la estructura del espacio.
El proyecto parte de una casa abandonada en el centro del pueblo cuya estructura original data de 1850. Hay que tener en cuenta el entorno complejo y delicado en la que se trabajó porque la zona está a más de 1100 metros de altitud, a los pies de Alpe di Siusi, en una zona reconocida como patrimonio de la humanidad por la Unesco debido a su excepcional belleza natural. Por lo tanto, era muy importante respetar los parámetros de la estructura original y los requisitos y reglamentos de planificación urbana de la aldea.
La casa pertenece a Stefan Rier uno de los arquitectos co-fundadores del estudio de arquitectura, por eso el proyecto tiene un fuerte componente emocional en el que influyeron los recuerdos del arquitecto y propietario, que pasó su infancia en esas montañas.
Su intención era que el proyecto respetara la estética y los aspectos urbanos del pueblo, por eso acabaron la estructura exterior de la vivienda con un revestimiento acorde con la tradición: una rejilla de madera en los cuatro lados, la estructura tradicional en los establos alpinos.
Sin embargo, en lo que respecta al interior, decidieron dejar atrás la tradición y diseñar sin ninguna limitación preconcebida.
En la planta baja hay un área común que se extiende casi en forma de "plaza" para uso (habitacional) e interactivo: hay una mesa de comedor para disfrutar con amigos y una gran cocina.
El resto de la casa se desarrolla de forma vertical y, en lugar de la división de habitaciones clásica, hay lo que se puede describir como 'cajas colgantes', que se colocan a diferentes alturas e interconectadas por escaleras y pasillos.
Los pasillos están cuidadosamente diseñados para que, además de su función de conexión, se adapten a otras áreas esenciales, como la biblioteca y las áreas abiertas de "baño" con bañeras y duchas (solo los inodoros están cerrados).
Toda la estructura está concebida de tal manera que cuanto más se sube, se aumenta el nivel de privacidad y la intimidad.
La "caja" más alta que cuenta con sauna se abre a la espléndida vista de la montaña.
Esta distribución revolucionaria del interior se aprecia también desde el exterior, y se crea una especie de contrapunto con la presentación tradicional del exterior. En la fachada norte, se aprecian las dos cajas de las habitaciones con acabado en bronce detrás de la carcasa de madera del enrejado mientras que al sur hay una caja de sauna que sobresale de la fachada de vidrio, creando un interesante juego de contrastes.
Es un concepto arquitectónico extremadamente innovador pero que también tiene el valor de poder evocar una atmósfera de la tradición y del pasado.