Nos vamos a Nueva York, el arquitecto Lauren Rubin acaba de remodelar dos estudios para convertirlos en una amplia vivienda ubicada en un edificio de 1930 de estilo Art Déco en el Upper West Side. Suena bien, ¿verdad? Pues ya verás cuando veas el resultado.
La tarea consistía en unir ambos apartamentos y hacer de ellos una única vivienda espaciosa y luminosa, consigue un hogar con una sola cocina, dos baños, y dos dormitorios, sin apenas redistribuir nada. Crea un espacio algo más diáfano, amplio y muy luminoso, conservando los elementos arquitectónicos originales. Parece imposible con la foto que vemos en portada.
Antes
Después
La intención de Rubin era mantener los detalles y el encanto del Art Déco y al mismo tiempo ahorrar el máximo posible en la remodelación. Conservando los hermosos ventanales de vidrio emplomado, los suelos originales de parqué, las baldosas del baño y la cocina.
Abre la cocina al comedor y añade una obertura que da al dormitorio para de esta manera hacer del apartamento un espacio más diáfano. De la cocina conserva las baldosas de metro blancas originales que se remontan al Nueva York de los años treinta.
En el salón coloca la siempre elegante Lounge Chair con su otomana diseñada por el matrimonio Eames, también parece asomar una butaca Chesterton de piel marrón, ambas piezas contrastan con la luminosidad del blanco y la luz que entra por los ventanales emplomados.
La pared del salón la pinta de un tono gris piedra dando un aire masculino, sobrio y acogedor al espacio, la cual cubren de piezas de arte contemporáneo que conviven con la chimenea original que decidieron, acertadamente, conservar.
Me gusta el detalle de Rubin de añadir una zona de almacenamiento alrededor del marco de la puerta que da al dormitorio principal. Rubin comenta que lo más complicado fue rehabilitar el parqué que estaba en frágiles condiciones y solo podían ligarlo suavemente. Parece que les ha quedado genial
El apartamento de 99 m2 respira un aire clásico, sobrio, elegante y sofisticado y con un toque contemporáneo, gracias a una paleta neutra a base de blancos, tierras y grises, materiales clásicos y de calidad, con pocos muebles pero con mucho carácter y un toque masculino.
Imagen | Alyssa Kirsten Más información | Lauren Rubin Architecture En Decoesfera | Antes y después: Una auténtica casa menorquina en tonos blancos y tierras