La pintura es un un buen aliado a la hora de cambiar el aspecto de una habitación y sanearla, renovándola por completo. Además de un revestimiento decorativo, también es un excelente protector contra el desgaste o los efectos de la humedad. Muchas familias encargan este trabajo a profesionales que en pocos días dejan la casa como nueva, pero la cuenta corriente se resiente y es por eso que otros tantos decidimos encargarnos personalmente del asunto.
Hay que prestar atención a la limpieza del material a cubrir. Las rugosidades se alisan con papel de lija y los huecos se rellenan con masilla. En el caso del hierro, hay que eliminar todo resto de óxido con un cepillo de metal o una lija gruesa. Las paredes con papel pintado no vinílico, son aptas para la aplicación de pintura. Los azulejos también admiten algunos esmaltes especialmente ideados para este fin.
Preparación de la superficie: A menudo encontramos grietas o agujeros en las paredes que deben ser reparados antes de proceder al pintado. Hay que limpiar el agujero de posibles suciedades para que la masilla fije y seque sin problemas. El segundo paso es humedecerlo ligeramente y repartir el líquido dentro y fuera del agujero con una brocha o esponja para garantizar la adherencia.
Una vez humedecido se rellena de masilla con una espátula. Hay que presionar fuertemente para rellenar por completo el hueco y que no queden bolsas de aire en el interior. En agujeros grandes se aplican varias capas dejando que sequen entre aplicaciones. La hoja de la espátula nos servirá para eliminar la masilla sobrante. Cuando haya secado por completo, aplicaremos un lijado fino.
Cálculo de la pintura: Para calcular la cantidad necesaria hay que tener en cuenta las manos de pintura que se van a aplicar. Hallaremos el área de las superficies y sumaremos cada una para obtener así el número de metros cuadrados a cubrir. Una vez obtenido este cálculo observaremos el rendimiento de la pintura escogida, un dato que proporciona el fabricante.
Preparación de la pintura: Si trabajamos con pinturas que ya han sido abiertas, cuidaremos de eliminar cualquier capa endurecida que presente el interior y la colaremos para eliminar pequeños coágulos. Hay que procurar que el borde del bote esté limpio para que no caigan impurezas que luego serán realmente molestas a la hora de pintar.
Algunas pinturas requieren añadir agua o disolvente según las indicaciones del fabricante. De todos modos, siempre es conveniente remover la con un palo de madera hasta conseguir una mezcla homogénea. Para grandes cantidades, existen mezcladores de pintura eléctricos accionados, por ejemplo, por un taladro.
Preparación de las brochas: Las brochas deben de tener una mínima preparación antes de su primer uso pues tienden a perder algunas cerdas y es conveniente que no lo hagan durante el pintado. Hay que pasar la mano fuertemente por las cerdas estirando para que se suelten las sobrantes y sumergir la brocha en agua durante doce horas, cuidando de secarla antes de empezar a pintar.
Protección de superficies: Antes de comenzar a pintar hay que asegurar una buena protección a los muebles de la casa y los elementos que no deseamos pintar. Si esta preparación se hace minuciosamente evitaremos algún que otro disgusto y un trabajo extra.
Hay que agrupar los muebles preferentemente y siempre que sea posible en el centro de la habitación, cubriéndolos con una gran pieza de plástico. Nos aseguraremos de que no se desprenda fijándola a las bases de los muebles con cinta adhesiva.
Las puertas pueden ser desmontadas de los goznes y los marcos de las mismas protegidos con cinta de papel. Los zócalos se protegerán con cinta de carrocero y el suelo con papel de embalar o cartones. Si somos perezosos y no queremos cubrir el suelo por completo, podemos tener a mano una fregona de microfibra húmeda que pasaremos sobre cualquier resto de pintura antes de que se seque, siempre que esta sea soluble en agua.
Los interruptores deberán ser extraídos tanto para protegerlos como para obtener un resultado excelente. También se pueden cubrir con cinta protectora pero el resultado es menos satisfactorio. En cualquier caso, la cinta de carrocero solo debe retirarse una vez que la pintura está totalmente seca.
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