El verano ha llegado ya, con la ola de calor que nos azotado antes de tiempo, y también, con las vacaciones escolares, como bien sabréis padres, madres y abuelos y abuelas que os toca haceros cargo de los niños una vez acabado el curso escolar.
Para llenar las horas libres de los peques, las manualidades son una actividad de lo más socorrida. Y para ayudarte, hoy te traemos un divertido a la par que sencillo DIY: pintar unos tarros de cristal con pintura fluorescente.
¿Lo primero? Hacerte con los materiales que hacen falta. De entrada, unos tarros de cristal de mermelada, o de conservas. Con estos tarros también estarás educando a tus hijos en la necesidad de reutilizar las cosas para reducir los residuos y el impacto ambiental.
Además, también te hará falta pintura en spray fluorescente de Bruguer, silicona o pegamento, y muñecos de plástico. Dependiendo de los gustos de los peques, puedes utilizar muñecos de animales, o de superhéroes, piratas, o princesas.
Y ahora que lo tienes todo, es el momento de comenzar. En primer lugar, tendrás que pegar sobre las tapas de los botes, con una pistola de silicona o pegamento, los muñecos que hayáis elegido. Si los niños son pequeños, es mejor que el paso de la silicona lo hagas tú para evitar que se quemen.
Una vez que se ha secado la silicona o el pegamento, tendrás que rociar el muñeco y la tapa con una capa de pintura en spray. Eso sí, ten cuidado dónde y cómo la aplicas para no manchar la mesa o la zona en la que estáis trabajando.
Cuando la pintura esté seca, tendrás que aplicar una segunda capa para fijar el color. Una vez secas, ya tienes listos tus botes pintados. Podrás usarlos para guardar pequeños juguetes, canicas, lápices de colores, o chucherías o galletas. Un DIY de lo más fácil, ¿Verdad?
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