Ligereza y espacio libre, esa es la sensación que desprende este baño en el que la ducha está instalada directamente en el suelo y la encimera se suspende en el aire sujeta tan solo, al menos en apariencia, por dos cuerdas ancladas a la pared. De esta manera el piso queda totalmente despejado, ampliando visualmente el baño.
Porque si hacemos un ejercicio de imaginación, colocando mentalmente los tradicionales equipamientos de baño en su sitio, podremos ver cómo dotando a esta sala de baño de una bañera o plato de ducha con mampara, y un lavabo de pie más convencional, la impresión sería muy distinta.
La encimera sobre la que descansa el lavabo, modesto y mínimo, es una pieza de por sí pesada, pero aparece liviana y dinámica como un columpio. La pared sobre la que adosa ayuda a este efecto, ya que es un ventanal dotado tan solo de varias columnas, y es sobre una de ellas dónde se apoya tímidamente buscando la necesaria estabilidad.
Pero el arte está en que no parezca ni tan siquiera anclada a esta, que haga volar nuestra imaginación como en un trampantojo y nos haga creer que es libre como el viento, ingrávida y ligera. Eso sí, no apto para desconfiados y maniáticos que piensen que pueda caer en cualquier momento dejándoles el empeine para el arrastre.
Imagen vía | Unhappy Hipsters
En Decoesfera | Encimeras de vidrio decorado
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