María Lancha
EditorAunque siempre tenemos un baño principal en casa, también hay baños secundarios más pequeñitos pero pueden llegar a ser muy prácticos si les damos un buen lavado de cara y sabemos optimizar cada uno de sus espacios. Por ejemplo, este baño enano, oscuro y sin gracia se ha reformado y se ha convertido en un espacio muy luminoso y con mucho almacenamiento para las toallas, papel higiénico, e incluso tiene una bañera.
Un claro ejemplo de que los baños pequeños también pueden ser espacios muy agradables donde asearnos y no tienen porqué estar condenados a ser lugares oscuros, viejunos y sin vida. Un cambio rápido pero muy efectivo que juega con el mobiliario y los colores para darle vida, luz y claridad.
La reforma de un baño pequeño y viejuno
Vía @beforeafter_ideas
Si lo vemos, este baño era oscuro, apenas tenía espacio de almacenamiento y no incitaba ni a lavarse los dientes en él. Un aspecto viejo y desmejorado hace de este cuarto de baño un espacio muy frío y para nada acogedor que parece sacado de un película de terror. Muebles sin espacio, un suelo con baldosas oscuras y una cortina que pide a gritos un cambio.
Vía @beforeafter_ideas
El resultado es sorprendente y encantador. El juego de colores, la luminosidad de las cortinas y toallas y el espacio de almacenamiento de los mubles, hacen de este cuarto de baño un espacio mucho más agradable donde ducharnos, asearnos y llevar a cabo nuestras rutinas de skin care mañaneras.
Además, el juego de baldosas geométricas y los diferentes rincones de almacenamiento, consiguen optimizar el espacio y mejorar su paz visual cada vez que entramos dentro del mismo.
Imágenes | Vía @beforeafter_ideas
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