La higiene del cuarto de baño es fundamental si no queremos que este espacio se convierta en un canal de hongos y bacterias en cada una de sus esquinas. La humedad acumulada en esta zona, sumada a la suciedad que puede aparecer en el plato de la ducha o en el fondo de la taza del váter, convierte esta zona de la casa en una de las más necesarias para limpiar a diario si no queremos que horribles manchas empiecen a perjudicar en la estética de nuestros muebles de baño.
Y aunque la limpieza diaria esté en orden, a veces, por el uso y ubicación de nuestro servicio, estas manchas acaban penetradas en el fondo del váter simulando bacterias, mal olor y acotando la vida útil de nuestro inodoro. No lo pienses más y lleva a cabo estas tres soluciones con las que prolongar el buen uso del cuarto de baño y eliminar para siempre esas horribles manchas amarillentas o de color marrón.
Piedra pómez
Utilizar la piedra pómez para limpiar el inodoro es ideal para conseguir erradicar esas manchas persistentes sin dañar la porcelana o el material del váter. De este modo, la piedra conseguirá retirar las manchas con solo sumergirla en el agua y frotar sobre la superficie afectada. Una solución rápida y eficaz sin químicos ni rayaduras.
Bicarbonato de sodio
Vía @alepez
La mezcla del bicarbonato de sodio y el vinagre de limpieza es una de las más aclamadas para todo tipo de manchas y restos de suciedad. Como no podía ser menos, esta mezcla también será eficaz para limpiar nuestro inodoro y eliminar el mal olor, así como posibles bacterias, restos de cal y microorganismos incrustados.
Solo tendrás que verter una taza de bicarbonato de sodio en el fondo del váter que actuará como suave abrasivo. Después, añade dos tazas de vinagre blanco (que te ayudará a disolver los restos de minerales como la cal) y deja reposar la mezcla durante media hora. Pasados los 30 minutos, utiliza unos guantes de limpieza y un cepillo para frotar en las manchas que aún sean visibles.
Lejía
Común de los comunes, la lejía permite no solo limpiar el inodoro, sino que desinfectar y retirar toda la suciedad incrustada. Su aplicación es sencilla, ponte unos guantes de goma y deposita media taza de lejía en el váter, dejándolo actuar durante una media hora. Después, con un cepillo de cerdas frota las manchas persistentes y verás como el resultado es de infarto. ¡Increíble!
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