Hoy damos la vuelta a la tortilla y os proponemos lo que para mí es una pésima idea. Aquí van mis reflexiones para que no se os ocurra imitar a las lumbreras que idearon este sistema de pizarra tras los fogones. Motivos por los que es una mala idea:
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Al ser porosa, la pizarra tiende a acumular en sus poros los líquidos y al lado de los fuegos hay posibilidad de que se evaporen grasas que al enfriarse la ensuciarán. La pizarra en este caso será más difícil de limpiar.
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Si tiene algo de grasa, las tizas no pintarán sobre ella.
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Las pizarras son una tentación para los niños, que pueden acercarse a ellas sin medir el peligro si hay un fuego encendido o comida recién cocinada.
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Las tizas desprenderán polvo que puede posarse sobre los alimentos que se están cocinando, pudiendo alterar su sabor.
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No se va a poder ver bien lo que dibujen los niños mientras se está cocinando.
Por lo tanto, mi consejo es que utilicéis la pizarra para decorar, pero usadla con cabeza y tened en cuenta cuáles son las paredes que queréis que usen los pequeños.
Imagen vía | Apartment Therapy