Dicen que el olfato es el sentido más desarrollado por los humanos y que los olores pueden modificar nuestro comportamiento y las funciones corporales. Pueden calmarnos, estimularnos, asustarnos, seducirnos, provocarnos ... Podemos llegar a identificar más de 10.000 aromas diferentes influyentes en nuestra memoria y sentimientos.
Nos hemos esforzado en preparar una decoración especial para las fiestas. Pero, ¿a qué va a oler tu casa esta Navidad?. ¿A cochinillo, a lombarda, a langostinos?
Los olores de la cocina no siempre son agradables, aunque lo que se esté preparando sea apetitoso. Cuando termines de guisar, por un recipiente al fuego con un poquito de azúcar, dos ramas de canela, clavos de olor y cáscaras de naranja o limón. Déjalo hervir a fuego lento y tu casa tendrá un olor delicioso cuando lleguen los invitados.
El único secreto para difundir los olores es aprovechar una fuente de calor. Así que frota las bombillas con un algodón impregnado en tu perfume preferido. Cuando enciendas la luz la habitación quedará suavemente perfumada.
También puedes añadir gotas de colonia en el agua de los humidificadores de los radiadores para que se extienda el olor.
O, más sencillo aún, simplemente coloca encima del radiador una toallita de las que se usan para limpiar a los bebés.
Si tus invitados todavía no han conseguido dejar de fumar compra espliego en un herbolario y ponlo en los ceniceros. Al apagar los cigarros se quemará y dejará un olor muy agradable.
Para que el cuarto de baño huela a fresco empapa unas bolitas de algodón con el suavizante de la ropa y ponlos en un cacharrito. Si son de colores quedará aún más bonito.
Y si lo que prefieres es refrescar el ambiente, prepara una infusión con dos bolsitas de poleo menta, añade el zumo de medio limón y vaporiza tu casa con ella.
Nos han salido siete, uno para cada día de la semana. A ver si los pruebas y nos dices cuál es tu preferido.
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