Ahora mismo me encuentro en la difícil situación de comprar una alfombra para mi casa. Para el salón, concretamente. Y, esta vez, me he comprometido a cuidarla y respetarla día a día. ¿ Lo caro es sinónimo de bueno ?. Tengo bastante claro que no, de modo que tengo que sopesar bien todas las alternativas que me ofrece el mercado. A la hora de elegir una alfombra para nuestro salón, lo primero que hemos de tener claro es el tamaño de la superficie a cubrir, para saber las dimensiones de la alfombra que hemos de comprar. Yo eso lo tengo bastante claro... Quiero que ocupe el espacio entre el sofá y el mueble de la televisión. Conozco algún amigo que tiene toda su estancia forrada con moqueta y no me lo recomienda. " ¡¡ No veas lo complicado que es limpiarla !! ", me dice siempre. Así que, desechamos moqueta como solución.
A continuación, me surge la duda del color. Por supuesto, tengo claro que tiene que combinar con los colores de mi decoración... No creo que esto sea muy difícil, porque la mayoría tienen tonalidades marrones que armonizan perfectamente con la madera. ¿ Y si me decanto por algo más llamativo ?. En este caso tendría que combinarlo con el color de las cortinas o de los cojines... No es mala idea tampoco...
Una vez que elija el color (creo que seran tonos marrones y ocres), es básico comprobar la densidad de la alfombra. Eso de comprar por catálogo estas cosas, lo dejo para los más osados. Para ello tenemos que presionar la superficie hacia abajo con las yemas de los dedos. Deberás notar inmediatamente la densidad de la misma, esto es, el número de puntadas por pulgada cuadrada y podrás comparar entre distintos tipos, calidades y por supuesto, precios. Relacionado con esto, debemos saber que las alfombras de poco “pelo” son más propensas a desarrollar “huecos” o afinamiento del tejido, deterioro prematuro y grietas, por lo que no suelen ser la mejor elección.
Un pecado que no puedo cometer es ignorar la calidad de la base. La base es el tejido almohadillado que se sitúa debajo de la alfombra. Esta base hace la pisada más confortable y elástica, sirve como aislante del frío y del ruido y, en muchos casos, alarga la vida útil de la alfombra. Recuerda que no siempre una base gruesa es la mejor, ya que puede resultar una superficie demasiado mullida para caminar con seguridad. Las bases para alfombras son tan importantes como la alfombra misma.
Por último, un consejo : pisad la alfombra que vayáis a comprar. Nada os sacará más de dudas que eso.
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