A menudo, los pasillos largos y estrechos se convierten en un quebradero de cabeza a la hora de decorarlos y hacerlos sentir más amplios, más luminosos y más nuestros. Demasiado pequeños para colocar muebles, demasiado largos como para dejarlos vacíos. Y sin embargo, cada vez más arquitectos e interioristas coinciden en lo mismo: la clave está en no saturarlos.
Ni repisas, ni cuadros pesados, ni mobiliario innecesario. ¿La nueva tendencia? Dejar respirar el espacio y apostar por recursos ligeros, integrados y funcionales que aporten estética sin restar amplitud. A continuación, te contamos los trucos más utilizados por profesionales para transformar un pasillo largo y angosto en un rincón atractivo, sin caer en los errores más clásicos.
Color y luz: los aliados fundamentales
Uno de los recursos más utilizados por estudios como Zooco Estudio, referente del diseño arquitectónico sobrio y contemporáneo, es el uso de colores claros y homogéneos en paredes, techos y suelos. Esta continuidad cromática ayuda a alargar visualmente el espacio y reducir la sensación de encierro.
Además, muchos profesionales optan por instalar luz lineal LED empotrada en el techo o el zócalo, como propone la arquitecta de interiores Patricia Bustos, quien ha utilizado esta técnica en varios de sus proyectos para crear ambientes modernos, luminosos y casi escultóricos. Esta iluminación indirecta no solo embellece, sino que amplía visualmente.
Revestimientos con textura
En lugar de cuadros colgados o estanterías sobresalientes, muchos diseñadores apuestan por revestimientos lisos pero texturizados, como paneles de madera, papel pintado con relieve o molduras minimalistas.
Un ejemplo de ello es el trabajo de Norm Architects, quienes transforman pasillos estrechos mediante maderas claras con vetas verticales o paneles lacados en blanco mate, creando sensación de altura sin necesidad de añadir ningún elemento decorativo adicional.
Espejos bien ubicados, no decoraciones colgantes
En vez de llenar las paredes con marcos y cuadros que sobresalen, los expertos recomiendan usar espejos de cuerpo entero o diseños verticales muy delgados, integrados en puertas correderas o incluso en armarios empotrados.
Un caso emblemático es el proyecto del estudio Cobalto Studio en Madrid, donde incorporan espejos sin marco en tramos concretos del pasillo, lo que aporta profundidad y amplía el espacio visualmente sin interrumpir la circulación.
Mobiliario empotrado o a ras de pared
Si hay que incluir almacenamiento, que sea inteligente. En un pasillo largo y estrecho, solo hay sitio para lo absolutamente necesario, como diría la interiorista catalana Raquel González, conocida por sus espacios de líneas limpias y funcionales.
Una de sus soluciones estrella es el uso de armarios empotrados sin tiradores, que se mimetizan con la pared gracias a puertas lacadas del mismo color. De esta forma, el mobiliario desaparece visualmente y el espacio gana en orden y sofisticación.
Pavimentos que marcan el ritmo
El suelo puede convertirse en el verdadero protagonista del pasillo. Arquitectos como Teresa Sapey han jugado con baldosas geométricas o tarimas colocadas en espiga para generar movimiento y romper con la linealidad del pasillo.
También es frecuente el uso de alfombras de pasillo a medida, que aportan calidez y dividen visualmente el trayecto en tramos más manejables, evitando la sensación de túnel largo y monótono.
Fotografía de portada | Vía @cobaltostudio
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