Adiós a los cristales empañados: el truco casero para acabar con la condensación que cuesta menos de 2 euros

Con este sencillo truco de limpieza podrás decir adiós a la humedad en el cristal de las ventanas

Cómo acabar con la condensación en las ventanas
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Nacho Viñau Ena

Coordinator

Todos los inviernos sucede lo mismo. Tras la bajada de las temperaturas, cada mañana al subir la persiana del dormitorio aparecen las ventanas empañadas. En realidad no es solo una molestia visual: al condensarse la humedad en los cristales, se crea el caldo de cultivo perfecto para la aparición de moho en las paredes cercanas o para que los marcos y la madera de alrededor sufran antes de tiempo. 

Ese halo de condensación en los cristales de las ventanas se produce cuando el aire interior caliente y húmedo entra en contacto con una ventana fría. Y además, esa condensación aumenta todavía más si la carpintería o el doble acristalamiento no están en óptimas condiciones. Entonces, el vapor de agua se transforma en agua, y se acumula. Es una situación habitual en estancias como baños, cocinas o dormitorios orientados al norte. 

Y si dejamos que esas gotas se acumulen, no solo taparán la visibilidad, sino que pueden humedecer los marcos, dañar los sellados y propiciar manchas negras de humedad o moho. 

El truco de menos de 2 euros para acabar con la humedad

Para acabar con esa humedad hay un truco sencillo y efectivo utilizando detergente lavavajillas. Para ponerlo en marcha, primero hay que limpiar bien el cristal con el limpiacristales que utilices habitualmente. A continuación tendrás que aplicar una pequeña gota de detergente para lavar los  platos sobre un paño de microfibra seco. 

Cómo acabar con la humedad

Con ese trapo, deberás extender el detergente por toda la superficie de la hoja de vidrio de la ventana. Este producto de limpieza creará un film invisible que hará que el agua de la condensación resbale y que no se acumule. Así, habrá menos gotas visibles sobre el cristal, y por tanto, también habrá menos humedad y menos riesgo de que aparezca moho o se estropee la ventana.

El efecto dura entre 2 y 4 semanas aproximadamente, dependiendo de la temperatura y del nivel de humedad de la habitación. Si la ventana está en una zona muy húmeda como la cocina o el baño, quizá convenga reaplicar cada semana. Además del truco, no olvides las medidas básicas: abrir bien la ventana tras cocinar o después de la ducha para ventilar, mantener una temperatura mínima (al menos 16 °C) en estancias poco usadas, y dejar algo de separación entre 

Fotografías | Saad Ahmad en Unsplash, Freepik

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