La preocupación de IKEA por la sostenibilidad es un factor identificativo de la firma. Ahora, la multinacional sueca se ha puesto un nuevo objetivo: la lucha contra los plásticos que acaban en el mar.
Este mismo año, IKEA ya anunció su compromiso para retirar en 2020 todos los productos de plástico de un solo uso como paso previo a su transformación en un negocio completamente circular para el 2030.
Como parte de esta estrategia, IKEA ya es miembro de NextWave, una iniciativa de acceso abierto y colaborativa que reúne a ONGs, científicos y empresas líderes en tecnología y enfocadas al consumidor para desarrollar la primera cadena de suministro de plástico oceánico a escala comercial.
El plástico que va a parar a mares y océanos es aquel que está dentro de un radio de unos 50 kilómetros de distancia de ríos, lagos, o del propio océanos. Y si no se recoge, esos residuos plásticos acabarán en el mar abierto, sumándose a las más de 86 millones de toneladas de plástico que ya hay en estos momentos en los océanos, con los peligros que supone para la fauna marina y para la propia salud humana.
Al sumarse a esta iniciativa, IKEA quiere que todos los productos y materiales de embalaje se elaboren con materiales renovables y/o reciclados para el año 2030. De esta manera, la multinacional sueca también pretende eliminar de forma gradual los productos de plástico virgen y de plástico fósil.
Y gracias a la colaboración con NextWave, IKEA pretende tener listos para finales de 2019 los primeros prototipos de productos elaborados con plástico que de no actuar, hubiera acabado en los océanos. Un paso importante para comenzar a reducir los residuos plásticos en los mares, que esperamos que pongan en marcha muy pronto otras grandes empresas.
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