Salvo unos pocos privilegiados que cuentan con grandes vestidores o una gran cantidad de armarios en su hogar, la mayoría de nosotros tenemos que intentar sacar el máximo partido posible a nuestros escasos roperos.
Una vez organizados por dentro, siempre queda una cuestión en el aire: ¿que hacer con los objetos pequeños? Resulta difícil encontrar un lugar donde guardarlos a no ser que ocupen cajones o estantes que son necesarios para otras prendas. Hay que sacar espacio de debajo de las piedras y vamos a hacerlo de una manera sencilla.
La idea que desarrollamos hoy está enfocada a poder tener guardados, en orden y a mano, todos esos objetos que necesitamos llevar en nuestros bolsos o utilizar de cuando en cuando.
La configuración del armario que os presento fue cambiada completamente, situando la barra de colgar en la parte de abajo, y los estantes para prendas dobladas, en la parte superior. Esta nueva disposición resulta más cómoda, ya que no hay que estirarse para colgar las prendas ni agacharse para manipular cajones y baldas bajas.
Frente al colgador hay un espacio que pasa inadvertido, pero que se puede aprovechar de manera efectiva, como en este caso. Bajo el estante coloqué una pequeña balda en L de poca profundidad que permite colocar en ella pequeños enseres. A la hora de cambiar de bolso resulta muy útil, ya que en ella encuentro desde la cartera y el neceser hasta chicles y tiritas. Según vaya a ser la jornada escojo unas cosas u otras; al estar todo a la vista resulta fácil y rápido, ganado en tiempo y organización.
Pero todavía queda más espacio que aprovechar... como podéis ver, en las puertas coloqué dos cajas de plástico que contienen paraguas plegables, manos libres, fundas de gafas, pañuelos de papel, etc... Al cerrar las puertas, las cajas se introducen bajo el pequeño estante sin oprimir la ropa y sus tapas son utilizadas a su vez como pequeños vasares perfectos para tener a mano tarjetas o monedas. El estante no interfiere de ninguna manera en la manipulación de las perchas, pudiendo colgarse y descolgarse con absoluta comodidad.
También se puede aprovechar la parte trasera de los armarios que tienen el colgador en lo alto, colocando un estante tras la barra. Aunque este pequeño anaquel no está tan a mano como el anterior, sirve perfectamente para guardar paraguas, bufandas, guantes, etc...
En ambos casos, los estantes se han fabricado en madera chapada similar a la del armario, cortada a medida y canteada. Unas escuadras metálicas sirven tanto para conformar la L como para unirla a la estructura. La balda trasera se coloca fácilmente con unos pequeños soportes embutidos en las paredes del armario. Un trabajo muy sencillo que optimiza el uso de un mueble que siempre agradece las ampliaciones.
En Decoesfera | Optimizar el espacio (II): 5 consejos para el armario