El orden afecta mucho a la percepción de los espacios. No hay más que ver algunos de los antes y después que os enseñamos, donde las estancias, además de recibir una buena dosis de decoración, luz, y la visita de un fotógrafo cualificado, están muchísimo más ordenadas.
Aunque estoy seguro de que todos coincidís conmigo en que una habitación ordenada es una habitación bonita, mi intención es convenceros de que no es solo una cuestión de pulcritud y civilización, sino que tiene mucho que ver con como nuestra mente procesa y almacena la información.
Sobre estas palabras, podéis ver mi dormitorio después de no haber recogido nada durante un par de días. Un desastre. Pero, ¿Por qué nos molesta tanto? ¿Por qué nos parece un lugar feo?
Como podéis ver en el después, he recogido un poco. No he cambiado nada más; el encuadre es el mismo, la iluminación muy parecida, la decoración idéntica… pero ahora ya es un lugar en el que querrías dormir o echarte un rato. De nuevo,¿Por qué?
Bien, más allá de convenciones sociales y cuestiones de salubridad, tiene mucho que ver con la percepción de los espacios. Nuestro cerebro almacena la información visual de manera muy simplificada, asimilando formas complejas a una suma de formas más sencillas. Se siente muy cómodo con las lineas y los planos, las formas que puede reconocer fácilmente.
La cama deshecha, los objetos desperdigados por el suelo, las mesitas mal colocadas e incluso la cortina, impiden a nuestra mente dibujar la escena con un número mínimo de líneas, puntos y planos. Debe entretenerse en descartar los detalles que se interponen en su visión, y eso no le gusta, por lo que la interpretación del espacio al final no es ni clara ni agradable.
En el salón-comedor-cocina ocurre igual. Al estar todo desordenado, le cuesta reconocer esas formas. Por ejemplo, la barra de la cocina despejada, es un plano perfecto, información mínima. Mientras que llena de cosas supone un esfuerzo en la interpretación y almacenaje de la información, tanto por tener que descomponer todas esas formas irregulares como por la dificultad en reconocer el plano que esconden.
Cuando está todo ordenado, las cosas están claras. Un plano para el suelo, otro para la superficie de la barra, la mesa de centro… hasta el plano que se aleja por el pasillo se reconoce mejor sin nada que se interponga. Ahora nos gusta a todos, porque a nuestra mente le alegra trabajar poco.
Pero no sólo eso hace feliz a nuestro cerebro. Es mucho más exigente, aunque nos cueste verlo a veces. Además del orden aparente de una habitación, hay un orden ulterior que también hay que cuidar por el mismo motivo.
Las alineaciones, las simetrías, las seriaciones, las proporciones, las repeticiones… ayudan a nuestra mente a interpretar todo con mayor facilidad y, por lo tanto, a sentirse más a gusto en espacios que han sido diseñados con ese orden.
Como ejemplo, vamos a ver el plano de una casa. Primero con su distribución original e, inmediatamente después, una propuesta de la distribución que busca instaurar un poco de orden mediante la proporción de los espacios y su relación. Os voy a pedir que tratéis de memorizar ambas distribuciones, y que luego, sin mirar, tratéis de volver a dibujarlas, a ver cual de las dos os cuesta más recordar.
Bien, me atrevo a afirmar sin miedo a equivocarme, que ha sido la segunda distribución la que os ha resultado más sencilla de volver a dibujar. De hecho, podríais dibujarla de nuevo mañana sin mucho esfuerzo, mientras que la primera requiere que os concentréis en los detalles.
Eso es básicamente porque la segunda contiene mucha menos información que la primera, está compuesta por muchas menos líneas y formas, y además se relacionan entre sí de manera limpia y clara.
Muchos pensaréis que en realidad da igual, que cuando estamos en una casa o un espacio no estamos viendo el plano, que ese orden no es relevante. Pero lo es. Porque luego a nuestro cerebro le será mucho más fácil interpretar esos espacios en su mente, y se sentirá a gusto en ellos de la misma manera que se siente mucho más a gusto cuando no hay ropa encima de la cama que le impida reconocerla.
Por eso es tan importante el orden en casa.
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