A mí, que no tengo gran cosa que guardar, me hace gracia que alguien tenga caja fuerte en casa. Cuando, rara vez, oigo decir: lo tengo en la caja fuerte, no puedo evitar ver a mi interlocutor como una suerte de James Bond guardando valiosos documentos o a una Ivana Trump hispana poniendo a buen recaudo sus joyas. Nunca se me ha ocurrido instalar una ni por pequeña que fuera, que a ver qué iba a meter, si acaso el taladro y las llaves allen, mis pequeños tesoros.
Así que las cajas fuertes de Döttling me quedan un poco grandes, pero el concepto me parece muy curioso; cuando mucha gente lo que hace es esconderlas detrás de un cuadro (veo muchas pelis, sí) para que pasen desapercibidas, esta casa alemana les da una importancia inusual y las convierte en un objeto de deseo por sí mismas.
Gran parte de los modelos de su catálogo tienen la apariencia de un gran y lujoso arcón, como los modelos Legends, Bel-Air y Pauline, aunque se pueden integrar también en un vestidor o en cualquier otro rincón de la casa (perdón, de la mansión) como el modelo The Chameleon.
Siempre dentro de un aspecto imponente y cuidado, los estilos de sus acabados varían desde lo más kitsch, como algunos modelos de la colección Legends, a los más modernos de la línea Bel-Air. Para formatos más pequeños y recogidos, Pauline, que además de aunar estética y calidad de acabados, rinde un homenaje a la Belle Epoque.
Sus interiores se adaptan a las necesidades de los clientes: bandejas para documentos, joyeros transportables y localizables por GPS, espacios exclusivos para albergar relojes y joyas o vitrinas de colección, entre otros equipamientos.
Cabe resaltar que la colección Legends consta de cajas fuertes históricas restauradas a gusto del comprador, piezas únicas de otros siglos en las que el interior se personaliza y adapta mientras que el exterior se restaura cuidadosamente. Por supuesto, cada caja fuerte es única.
La colección Bel-Air recuerda a los grandes baúles de viaje que se utilizaban antiguamente. Su diseño es clásico y de líneas más sencillas que Legends, y para quienes tengan mucho que guardar (o muchas ganas de fardar) Bel-Air Magnus duplica la capacidad en un enorme mueble que se abre en dos puertas y muestra un contenido apabullante. Lo que os digo, para James Bond y compañía...
The Chameleon esconde sus puertas mediante un mecanismo oscilante que las hace desaparecer. Este es el modelo más personalizable de todos, con la ventaja de que se puede integrar en distintos espacios o muebles ya existentes, vestidores, salones...
Hay que ver las necesidades que tienen los ricos, pobres... yo os dejo, que voy a mirar debajo del colchón a ver si siguen ahí los 20 pavos que escondí ayer.
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