El planeta está en emergencia climática. Y por suerte, hay empresas que se lo toman muy en serio y que están tomando medidas desde ya mismo para frenar el deterioro ambiental. Ikea ha anunciado que desde el pasado 1 de enero ha retirado de todos los productos el plástico de un solo uso tanto de la venta en sus tiendas como de sus restaurantes, bares y cafeterías.
Con esta retirada, la firma sueca cumple con el objetivo un año antes respecto a 2021, el año límite fijado por el Parlamento Europeo para eliminar los plásticos.
En el caso de los restaurantes, bares y cafeterías, el proceso de sustitución por alternativas sostenibles ya comenzó el pasado año, afectando a productos o artículos compuestos de plástico tradicional cuya temporalidad es de “usar y tirar” como por ejemplo pajitas de bebidas y cubiertos o vasos de plástico.
Arturo García, director de Sostenibilidad de IKEA en España, ha explicado que
“Estos productos contaminan los ecosistemas si no se usan o desechan de manera responsable. Desde IKEA, conscientes de la problemática y urgencia climática que afecta a nuestro tiempo, queremos aprovechar nuestra dimensión e influencia para contribuir a la eliminación del uso irresponsable de plástico y otros residuos. También queremos concienciar a los consumidores sobre sus efectos nocivos, poniendo a su disposición alternativas que les permitan tener una vida más sostenible. tanto en su experiencia en nuestras tiendas como en sus propios hogares. Todo ello es parte de nuestros esfuerzos por potenciar y facilitar la economía circular. Es, además, un camino que, ni mucho menos, termina aquí; para nosotros, es una carrera de fondo que seguiremos recorriendo en los próximos años”.
Dentro de esta filosofía de compromiso con el medio ambiente y con la innovación han surgido colecciones alternativas concretas como es el caso de TALRIKA, una colección que incluye platos, cuencos y tazones elaborados con plástico renovable PLA -a base de almidón-, más sostenible que el tradicional que deriva del petróleo.
Las bolsas de congelación ISTAD también han vivido su propia revolución, ya que ahora se fabrican en un 85% con un material renovable procedente de la caña de azúcar. Solo con este cambio, se espera ahorrar alrededor de 75.000 barriles de petróleo al año, reduciéndose también la huella de carbono de IKEA, y sin que nada de ello repercuta de forma alguna en el precio final de venta.
Además, el próximo mes de febrero también llegará a las tiendas de Ikera la colección MUSSELBLOMMA, elaborada a partir de plásticos y otros residuos recogidos por pescadores españoles en las costas del Mar Mediterráneo, confeccionada en fábricas españolas y creada por la diseñadora también española Inma Bermúdez.
Estos avances se enmarcan en comprimo de Ikea de transformarse en un negocio totalmente circular en 2030, una fecha en la que la firma sueca se ha propuesto que todos los plásticos utilizados en sus productos procedan de materiales renovables o reciclados.
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