Tras la crisis de los hipermercados, llega la de las medianas superficies: Leroy Merlín ya empieza a cerrar centros mientras Ikea anuncia más tiendas en el centro de las ciudades

Tras el declive de los hipermercados, ahora son las cadenas de bricolaje y mobiliario las que están apostando por formatos urbanos y de proximidad

Leroy Merlin cierra tiendas
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Nacho Viñau Ena

Coordinator

La crisis de los hipermercados en España no es nueva, pero sus efectos se han acelerado drásticamente en los últimos años. Lo que comenzó como una tendencia se ha convertido en una realidad ineludible: las preferencias de los hogares españoles están evolucionando, dejando de lado el consumo en los grandes hipermercados, y frecuentando supermercados que tienen junto a su casa.  Al final, nadie quiere pasar tres horas metidos en un hipermercado.

Las cifras son contundentes. En 2014 había en España 3.501 supermercados de gran tamaño (es decir, de más de 1.000 metros cuadrados). En 2024 ya son 4.836, lo que representa casi la mitad de toda la superficie de venta de alimentación en el país. Mientras tanto, los hipermercados han pasado a representar apenas el 8,2% de la superficie comercial de alimentación, frente al 91,8% que acaparan los supermercados, según Mercasa.

El cambio no es solo numérico. Es una transformación profunda en los hábitos de consumo. El consumidor actual prioriza el ocio y la rapidez en su día a día, lo que ha impulsado el formato de supermercados de proximidad frente a la tendencia dominante en años pasados de coger el coche y pasar varias horas en un hiper. 

Esa tendencia del pasado mostraba una economía expansionista en la que ir al hiper y llenar el carro de la compra era reflejo de un consumo desinhibido. Ahora, triunfan los supermercados de proximidad porque son más pequeños, manejables y permiten hacer la compra en menos tiempo. Así, Carrefour ha visto caer su cuota de mercado del 10% al 9,4%, mientras que Alcampo anunció el cierre de 25 supermercados y la reducción del tamaño de 15 de sus hipermercados. 

Leroy Merlin cierra centros en Francia y apuesta por tiendas de pequeño tamaño

La crisis que llevó años afectando a los hipermercados parece que está llevando a las grandes superficies especializadas a adaptarse a la nueva situación. Leroy Merlin, líder del bricolaje en España y Francia, está viviendo su propia transformación, marcada por cierres estratégicos y una apuesta decidida por las tiendas urbanas.

Leroy Merlin

En Francia, la multinacional ha anunciado el cierre para 2026 de dos de sus tiendas más emblemáticas en París: Rosa-Parks y Daumesnil. Tal y como avanzo Le Parisien, la empresa explicó que ambas acumulaban "pérdidas estructurales" pese a registrar cerca de 600.000 operaciones de venta cada una. El cierre afectará a 271 trabajadores, lo que ha generado una fuerte polémica con los sindicatos y el Ayuntamiento de París.

La tienda de Rosa-Parks, de 6.000 metros cuadrados, se abrió hace 12 años, mientras que la de Daumesnil, de 6.400 metros cuadrados, se inauguró hace 9 años. Ambas eran grandes superficies en pleno centro urbano que ya no resultan rentables en el nuevo contexto comercial.

Loïc Porry, director regional de la cadena de bricolaje en París, explicaba en Le Parisien que Leroy Merlin se enfrentaba "a un cambio en los hábitos de consumo. Los consumidores tienen grandes expectativas en cuanto a proximidad y flexibilidad".

Según el grupo, los factores determinantes han sido el aumento de costes (alquileres y energía), una menor rentabilidad del formato de gran superficie, y un entorno urbano cambiante: cada vez más clientes demandan proximidad, inmediatez y conveniencia, no grandes “templos” del bricolaje a las afueras.  

Sin embargo, Leroy Merlin no está abandonando las ciudades francesas, sino transformando su presencia en ellas. La estrategia del grupo Adeo (matriz de Leroy Merlin) pasa por el modelo de pequeñas tiendas especializadas, enfocadas en proyectos y ubicadas en núcleos urbanos. La multinacional tiene como objetivo abrir 20 de estos establecimientos más pequeños. El 90% de los clientes de estos locales piloto viven en un radio de 1,5 km, un dato que la multinacional valora como clave para extender el formato a las grandes ciudades del resto del país. 

El modelo 'Urban' llega a España

En España, la situación es diferente de momento por los buenos resultados económicos. Aún así, Leroy Merlin lleva varios años experimentando con el formato de tiendas pequeñas. En julio de 2018 abrió su primera tienda urbana en Madrid, en plena calle Raimundo Fernández Villaverde (cerca de El Corte Inglés de Castellana), con 2.500 metros cuadrados. Según Juan Sevillano, director de Expansión de Leroy Merlin España en aquel momento, "el objetivo es acercar la tienda a la gente más urbana", con un enfoque centrado en la experiencia del cliente y zonas de exposición que convierten la tienda en un espacio de inspiración.

La compañía también ha abierto showrooms especializados en ciudades como Oviedo, Gijón y Bilbao, así como un establecimiento en el barrio madrileño de Chamberí de apenas 100 metros cuadrados especializado en el diseño de puertas, ventanas, armarios y suelos. 

A pesar de estos experimentos urbanos, el CEO de Leroy Merlin España, Alain Ryckeboer, fue muy claro sobre los desafíos del formato tras la presentación de resultados en marzo de este año: "Las tiendas urbanas son muy caras y no son muy rentables. Es difícil encontrar disponibilidad inmobiliaria en los centros de las ciudades, y además, son locales muy caros. No es un modelo muy rentable”, 

En esa misma línea, el consejero delegado afirmaba que  el modelo de tienda urbana "Es un formato interesante para los clientes del centro de la ciudad, pero no voy a esconder que la rentabilidad no está igual que en las otras tiendas, porque el coste inmobiliario es elevadísimo. Vamos a mantenerlas abiertas, pero no estamos con el foco de desarrollarlos". 

Esa postura contrasta con las políticas está llevando a cabo en Francia, y se explican por los resultados. En 2024, Leroy Merlin cerró en España con un resultado neto de 156 millones de euros y una cifra de negocio de 3.590 millones, un 5,2% más que el año anterior. La venta a distancia creció un 33%, marcando el camino hacia la digitalización.

Ikea: la revolución silenciosa del gigante sueco

Si Leroy Merlin tantea con cautela el formato urbano, Ikea ha hecho de esta estrategia su gran apuesta de expansión. El gigante sueco del mueble lleva años transformando su modelo de negocio, pasando de sus icónicas megatiendas periféricas, con centros de hasta 25.000 metros cuadrados, a formatos mucho más compactos y accesibles en el centro de las ciudades.

La estrategia es clara: estar donde está el cliente. El objetivo de la multinacional es estar "cada vez más cerca de los ciudadanos" y "ofrecer la experiencia Ikea a 15 minutos caminando o en coche en las grandes ciudades", según declaraciones de la propia compañía.

Ikea

Madrid se ha convertido en uno de los principales campos de prueba de esta nueva estrategia. Tras la experiencia de una tienda en la calle Goya de Madrid,  Ikea quiere seguir adquiriendo locales en el centro de las ciudades con el objetivo de llegar a más personas y afianzarse como una marca que no solo cuenta con grandes parques comerciales.

Desde hace tiempo, IKEA ha comprobado como su negocio online no para de crecer. Sus clientes no solo van a sus tiendas de la periferia a comprar muebles, ahora acuden a medir y probar, y los compran de forma online, asumiendo el gasto del envío y del montaje.

También sucede con productos de pequeño formato, como vajillas, objetos deco o la ropa de cama. Cada vez más clientes compran por la tienda online. Y las tiendas pequeñas situadas en el centro de las ciudades o en centros comerciales también son ideales para vender este tipo de producto. Además, estos locales también sirven para recoger las compras hechas en la web de la compañía sueca. 

Estos nuevos formatos son radicalmente diferentes a las tiendas tradicionales de Ikea. Desde 2015 ha lanzado unas dos docenas de tiendas mini, con un tamaño de unos 900 metros cuadrados (frente a los 25.000 de sus tiendas tipo).

La tienda de La Vaguada en Madrid, abierta en 2023, es un buen ejemplo. Cuenta con más de 1.100 metros cuadrados, de los cuales 850 son comerciales, y dispone de un punto de entrega de pedidos de 600 metros cuadrados ubicado en el parking del centro comercial. El foco está puesto en el asesoramiento y el diseño de espacios, no en el almacenamiento masivo de productos.

El modelo de tienda urbana y pequeña no se limita al mercado español. La multinacional inauguró una tienda  de dos plantas en el corazón del SoHo neoyorkino, o una tienda de 2.500 metros cuadrados en el centro comercial Mall of Scandinavia de Estocolmo.

El cambio de modelo: del "todo bajo un mismo techo" a la experiencia omnicanal

Lo que está ocurriendo con Leroy Merlin, Ikea y, de forma más aguda, con los hipermercados, responde a una transformación profunda en la manera en que los europeos en general, y los españoles en particular, consumimos

El modelo tradicional de las grandes superficies (nacido en los años 70 y 80) se basaba en una propuesta de valor clara: desplazarse una vez a la semana a un gran centro comercial periférico y encontrar todo lo necesario en un solo lugar, con precios competitivos gracias a las economías de escala. El coche era imprescindible, y el tiempo no era un bien tan preciado como ahora.

Hoy ese modelo está agotado. Los consumidores valoran su tiempo por encima de casi todo. Prefieren hacer compras más pequeñas y frecuentes cerca de casa o del trabajo. El coche ya no es una necesidad en muchos entornos urbanos. Y la experiencia de compra importa tanto o más que el precio.

En las tiendas pequeñas hay menos variedad de productos, sí, pero el ahorro de tiempo es considerable. Y además, junto al auge de las compras frecuentes en lugar de “la gran compra mensual”, se ha extendido la percepción de que comprar en el super es más barato que comprar en los hiper.

Los consumidores ya no piensan en la compra como un evento semanal como antes, sino como una rutina más espontánea y funcional. Quieren entrar, encontrar lo que buscan rápidamente y salir. O, mejor aún, pedirlo online y recogerlo en un punto cercano.

Las grandes superficies que sobrevivan serán aquellas que sepan integrar lo físico con lo digital de forma fluida. Ikea lo ha entendido: sus nuevas tiendas urbanas funcionan como showrooms donde inspirarse y diseñar proyectos con asesores, mientras que la compra real se realiza online o se recoge en puntos cercanos. Leroy Merlin avanza por el mismo camino, con un crecimiento del 33% en ventas a distancia.

La tendencia parece clara. Las cadenas que sobrevivan serán más pequeñas, estarán en el centro de las ciudades y funcionarán como parte de un ecosistema omnicanal donde lo físico y lo digital se complementan. La crisis de los hipermercados fue el primer aviso. El cierre de grandes superficies de bricolaje y equipamiento en pleno centro de París es el segundo. La pregunta ya no es si el modelo de las grandes superficies ha muerto, sino qué forma tomará el retail del futuro y qué papel jugarán en él las ciudades, los consumidores y la tecnología.

Lo que está claro es que el comercio, se ha vuelto más urbano, más inmediato y más cercano, tal y como ha demostrado Zara con la apertura de sus icónicos flagship store en las principales avenidas de las ciudades. Y los gigantes del retail, acostumbrados a dominar desde sus fortalezas periféricas, tendrán que aprender a ser vecinos de barrio.

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