La mudanza está entre una de las principales causas de depresión, junto con la muerte de un ser querido y la separación. Con estos datos, es normal que se nos pongan los pelos de punta a la hora de trasladar nuestros enseres de una casa a otra, pero cuando hay que hacerlo, bueno es tener algunas claves que nos ayuden en este duro empeño.
Durante una época de mi vida las mudanzas eran algo habitual para mí, repetidas con demasiada frecuencia, llegando a realizar diez en un plazo de diez años. Las primeras no necesitaron demasiado despliegue ya que por aquel entonces todo lo que tenía cabía en un coche pequeño, pero con el paso del tiempo se fueron complicando más y más.
Vamos a enumerar unas cuantas claves a tener en cuenta para que la mudanza tenga éxito.
Si se trata de una mudanza de envergadura, es importante encargarla a una empresa especializada que nos ahorre el trabajo de empaquetado. Además esta operación suelen hacerla con relativo esmero, contando con embalajes adecuados para cada ocasión, como cajas-armario que transportan las prendas colgadas.
Es conveniente pedir al menos tres presupuestos para ajustar el gasto todo lo posible, pero sin perder de vista el buen servicio. Si no tenemos preferencia de fechas podemos ahorrar un buen dinero planeándola en una "fecha valle", son días en los que las empresas tienen menos servicios y los ofertan a mejor precio.
Exige el presupuesto por escrito y revisa las condiciones. No escatimes en el seguro, ante un eventual desperfecto te alegrarás de haberlo contratado.
El boca a boca es importante en un servicio tan importante, consulta con conocidos que hayan requerido estos servicios o echa mano de foros de Internet veraces para tener información real y contrastada.
Procura estar presente en la casa y si no es posible pídeselo a alguien de tu confianza.
Transporta tu mismo los objetos de valor como joyas o documentos valiosos; mejor que contigo no van a viajar con nadie.
Revisa minuciosamente el inventario que te entregarán los transportistas y fírmalo solo si es correcto.
Valora el volumen de la mudanza. Si esta es de poca envergadura, puedes alquilar una furgoneta y reclutar unos cuantos amigos bien dispuestos. Una cena informal sentados sobre las cajas tras la dura jornada de trabajo, seguro que será bien recibida por todos.
Si vas a hacer la mudanza personalmente, puedes pedir en un supermercado cercano que te guarden cajas, ellos tiran muchas a diario y seguro que lo harán encantados. Cuida que tengan el tamaño adecuado para que las pueda transportar una sola persona. Una caja grande llena de libros es muy difícil de levantar...
Cierra las cajas con una cinta adhesiva fuerte para evitar que se abran durante el transporte.
Invierte tiempo, no quieras hacerlo todo en un día. Empieza a empaquetar en los ratos libres para que al final no se acumule el trabajo.
Guarda papel de periódico para rellenar los espacios en las cajas que contengan objetos delicados, así no se moverán, evitando roturas.
Etiqueta cada caja indicando el contenido y la habitación de origen, así será más fácil distribuirlas en la nueva casa.
No transportes alimentos frescos, no suelen aguantar bien el transporte en esas condicciones; procura consumirlos en las fechas previas.
Imágenes vía | Arcanus, Bloggercracia, Transportes Otero