Raquel
EditorHoy os mostramos otro de esos antes y después que sorprenden y que no requieren de obra. Antes de la transformación, la terraza tenía un aspecto monótono y bastante frío. El suelo gris dominaba visualmente el espacio, dándole un aire serio poco acogedor. Sin elementos decorativos y sin vegetación, la sensación era de vacío y total desaprovechamiento del área exterior.
Pero por forma y tamaño esta terraza tenía potencial, así que con sencillos cambios se convirtió en un mini jardín artificial cambiando radicalmente su atmósfera. El primer paso fue cubrir el suelo gris con césped artificial, algo que aporta frescura, color y una textura más agradable para caminar descalzo o sentarse. Este simple gesto suaviza la estética rompe con la sobriedad original, simulando cierta conexión con la naturaleza.
@urbangreenery12
When your balcony whispers..”come home early”
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A continuación, se incorporaron macetas de colores vivos, tanto en el suelo como en la pared. Las plantas aportan profundidad, movimiento y un toque orgánico al conjunto. Las paredes se convierten así en jardines verticales improvisados y el suelo se llena de vida y color.
Finalmente, la transformación se completa con cojines de suelo que invitan a sentarse, recostarse o compartir un momento al aire libre. Estos elementos textiles, combinados con el verde del césped artificial y las macetas, generan un ambiente cálido, relajado y acogedor. Lo que antes era un espacio totalmente desangelado se convierte así en un pequeño oasis urbano, perfecto para desconectar sin moverse de casa.
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