En algunos hogares se acumulan tal cantidad de libros que ya no hay lugar para guardarlos. Tanta debía ser la necesidad en la casa que vemos en la imagen, que se decidieron por almacenarlos en el techo.
Desde luego no se puede negar que es un emplazamiento original, aunque no demasiado cómodo. El secreto para que el conjunto no resulte agobiante, radica en separar cada uno de los estantes dobles considerablemente, ya que de lo contrario resultaría demasiado abigarrado. También es importante el color: el blanco ayuda a aligerar el peso visual de la cubierta, suavizando la sensación de tener una gran carga sobre nuestras cabezas.
Para completar el conjunto, solo son necesarias una escalera segura, buenas piernas y un antídoto contra la pereza.
Vía | Ellmanía