En las casas pequeñas, y sobre todo en las antiguas, acabamos teniendo alguna estancia de paso, casi siempre el salón. Tener el salón como espacio de paso tiene sus ventajas e inconvenientes. Como ventaja, está que se aprovecha más el espacio al prescindir de pasillos o distribuidores pero el mayor inconveniente es que los muebles del mismo tienen que crear áreas de paso naturales, a modo de pasillos, para que la decoración no entorpezca a los habitantes de la casa cuando se dirijan a otras estancias.
En el ejemplo que os traemos hoy se ha solucionado el problema de las zonas de paso apostando por el minimalismo. Tenemos en este caso dos puertas que dan al salón, una a la izquierda de la televisión en la imagen que veis sobre estas líneas y otra detrás del sofá pegada a la ventana. Como veis, no era un problema tan fácil como crear un pasillo ya que, como las puertas pillan en tabiques opuestos y se hace necesario diseñar una zona de paso en L ya que en diagonal ocuparíamos la mayor parte del espacio disponible.
En este salón se ha puesto el sofá como límite de la zona de paso, y la zona de tertulia se ha concretado mediante la alfombra gris. Observad cómo las paredes quedan bastante vacías dejando todo el protagonismo al sofá oscuro, ya que el resto del mobiliario es en tonos claros a excepción de ese mueble y de la mesa baja, que me parece todo un hallazgo y me ha encantado.
La única cesión que han hecho al barroco en esta estancia ha sido la lámpara del techo, una Maskros de Ikea que son tan grandes que solo caben en casas con techos altos. Sobre la iluminación, me parece muy simpático el detalle de los tres apliques entre las dos plantas que hay en la pared, junto a las ventanas. No estoy segura sobre si darán mucha luz de noche pero me ha encantado la idea de decorar las paredes con plantas ya que no la solemos ver mucho por aquí.
Otro gran acierto de este salón es el uso de una estantería como mueble de televisión, ya que al estar “flotando” le resta contundencia al conjunto, haciendo esa pared de lo más liviano y creando el perfecto contrapunto a la pared de impacto que tenemos justo enfrente. Eso sí, yo la guitarra ahí en medio no la veo por mucho que quieran tenerla a mano por si les da un arrebato musical.
Sobre estas líneas vemos ya la toma contraria a la anterior, mucho menos minimalista de lo que nos había parecido del primer vistazo. Me gusta el papel de la pared que han elegido para crear este ambiente ya que le da personalidad y, pese a que las rayas recargan un poquito, han preferido no poner cuadros para no decorar en demasía.
El aparador que tenéis sobre la pared me parece una delicia, y al ser blanco se integra perfectamente en la pared. Observad cómo aquí han puesto una lámpara de mesa creando un nuevo punto de luz indirecta que seguro les será muy útil en las veladas. En esta vista se aprecian mejor los textiles que hay sobre el sofá, que hacen juego con las paredes, así como la gran cantidad de plantas que hay en este espacio.
En resumen, me encanta el conjunto que vemos aquí y me he quedado con ganas no solo de ver la otra pared sino de conocer también el resto de la casa. Intuyo que sus habitantes, inspirados en un aire escandinavo, han sabido sacarle mucho partido a todas las estancias, al menos por lo que se ve en las dos imágenes de este post.
Imágenes vía | Unpluggd
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