María Lancha
EditorDe toda a vida, los cojines son un básico en cualquier sofá. Acomodan nuestras tardes de película y sanan nuestras siestas de verano. Los cojines que tenemos en el salón son tan polivalentes que nunca habríamos pensado prescindir de ello. Pero lo cierto es que una nueva tendencia se sube al carro de los decoradores.
Esta nueva línea sugiere prescindir de lo imprescindible, apostando por un sofá sin cojines, donde el único punto de atención sea el mueble mismo. Es decir, una nueva tendencia donde menos puede ser más en términos de estética, funcionalidad y bienestar hogareño.
Una nueva tendencia en interiorismo
My Scandinavian Home
El minimalismo decorativo lleva tiempo marcando pautas, pero este año da un paso más allá. Decoradores y especialistas en interiorismo están promoviendo una estética más limpia y depurada con el fin de eliminar los cojines para que el sofá sea el protagonista absoluto del salón, sin distracciones visuales innecesarias.
Esta propuesta no solo responde al deseo de simplicidad, sino también al de orden, ya que menos elementos sobre el sofá implican menos objetos que mover, limpiar o reajustar. De este modo, esta tendencia se vuelve una cuestión práctica, estética y emocional de cara al 2026 con unas características claras, sencillas y muy convincentes:
- Líneas limpias y diseño funcional. Se prioriza el diseño del sofá como pieza escultural, con formas depuradas, respaldos bajos, tejidos que ya aportan textura sin necesidad de adornos extra.
- Materiales y colores naturales. Tonos neutros como grises, beige, blanco roto, lino o lana, es decir, texturas que resaltan por sí mismas.
- Un solo cojín como protagonista. En lugar de acumulaciones de varios cojines pequeños, la alternativa es un único cojín grande, cómodo, llamativo o bien texturizado, que actúe como punto focal.
- Espacios despejados y luminosos. Al reducir accesorios, se mejora la percepción de espacio, se optimiza la luz y se resalta el mobiliario y la arquitectura.
¿Una moda pasajera o algo duradero?
Isabel López-Quesada
Como muchas tendencias, ésta tiene rasgos de reacción a lo maximalista. Tras años de acumulación decorativa, cojines múltiples, mantas, objetos, se siente un deseo de calma visual. En ese sentido, la corriente podría quedarse como una opción habitual en hogares que buscan espacios relajados, donde predomina la calidad del mobiliario sobre la cantidad de accesorios.
Sin embargo, probablemente no todos los rincones se adapten fácilmente: hogares con niños, personas que disfrutan de ambientes muy acogedores, o quienes se sienten cómodos rodeados de objetos, quizá prefieran una versión más intermedia.
Fotografía de portada | Vía @myscandinavianhome
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