Tras la cosecha, los árboles frutales entran en el otoño en una fase inactiva para afrontar los rigores del invierno. Y toda la ayuda que podamos ofrecerles en este momento del año es poca. Para empezar, además de vigilarlos de cerca para pillar cuanto antes cualquier problema, hay que limpiar bien el entorno, eliminando las frutas y hojas caídas que se pueden acumular en la base.
¿El motivo? Podrían pudrirse, y atraer plagas. También podrían convertirse en un refugio para los insectos en invierno. Noviembre también es el momento en el que deberás cortar las ramas enfermas o dañadas.
Pero no te confundas, esta poda es una simple limpieza, no es una poda a gran escala. Hay que cortar esas ramas enfermas siempre que no vayan a producirse heladas. Y también es importante que a las heridas de esta poda les apliques un producto cicatrizante para curarlas antes de que lleguen el frío y las heladas.
En caso de que tengas los frutales en macetas, es el momento de trasladarlos a un lugar que no sufran heladas, y comprobar de forma periódica si sus raíces no se han secado. Piensa que en una maceta, los frutales están más indefensos que si están plantados en el suelo de tu huerto o jardín. En este caso, deberás llevarlos a un porche para ponerlos a cubierto, y recubrirlos con un material como la paja, para que los proteja del frío.
Y ya que hablamos de suelos, noviembre es un buen mes para comprobar el estado del sustrato y agregar los elementos que le faltan. Desde el pH a la materia orgánica o la actividad microbiana. En el caso del pH, para los árboles frutales, lo mejor es que el suelo sea ligeramente ácido, alrededor de 6,0.
Si en tu zona has vivido un final del verano y un comienzo del otoño seco es mejor regar bien los árboles frutales antes de que entren en su fase de inactividad. Así sus raíces podrán hidratarse antes del letargo invernal.
También es conveniente establecer un mantillo orgánico para proteger las raíces de nuestros árboles ante la llegada de las heladas al guardar el calor. Además, esta capa de mantillo ayudará a retener agua durante todo el año, agregando también materia orgánica conforme se vaya descomponiendo.
En este momento tampoco hay que olvidarse de poner unas estacas y apoyo en torno al árbol frutal para minimizar los posibles daños provocados si se producen vientos fuertes durante el invierno.
Fotografías | Freepik, Emmalee Couturier en Unsplash
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