Este post debería escribirlo nuestro experto en decoración de eventos, Nacho Viñau Ena, pero como estoy encantada con el resultado de varias decoraciones familiares, no he podido evitar un poco de intrusismo. Mi enana ha hecho la Primera Comunión y desde el principio tuve claro que la decoración principal iba a ser a base de flores.
El arte floral es eso, arte y es importante elegir con cuidado las flores y quienes van a preparar los centros, porque cada ocasión requiere un tipo de centro. En este caso, se unían la pasión de la protagonista por los tulipanes, con una celebración de índole familiar y religiosa, así que me acerqué a Mi taller de flores y me dejé asesorar.
Reconozco que soy un desastre haciendo centro, da igual la estación, el que vale, vale y el que no, que deje paso a los profesionales. El lenguaje de las flores es un misterio para mi, pero rápidamente me fueron introduciendo en los secretos de la floristería.
Es importante que los floristas conozcan el espacio dónde van a ir los centros, depende del tamaño de las mesas y el espacio, el centro tendrá una forma y un tamaño.
Muchas veces queremos el centro más grande y espectacular y se puede "comer" literalmente el espacio y resultar cargante. Con Mayte y Aby, las artífices de Mi taller de flores, fuimos viendo que es mejor dos o tres centros más pequeños que uno grande para las mesas supletorias.
¿Sabéis que los centros medianos son perfectos para mesas donde va a haber varios comensales, para que puedan charlar sin obstáculos visuales o que mejor un centro alargado y no alto para la mesa del buffet? Ahora si, no sólo importa el efecto decorativo a la entrada, sino estar cómodos durante toda la fiesta.
Os dejo las imágenes, que he tomado yo en un día tan especial, así que os pido disculpas, si no tienen la mejor calidad, y además las hice al final y ya estábamos un poco agotados.
¿Qué opináis vosotros? ¿Os rendís al flower power en los momentos importantes de vuestra vida?
Más información | Mi taller de flores
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