Si no queremos paredes con colores lisos, sino estampados o motivos en ellas hay una serie de consideraciones que debemos tener en cuenta:
A la hora de elegir el tamaño de los motivos tenemos que tener en cuenta que los que son muy pequeños pueden perderse en el conjunto de la habitación, mientras que si son muy grandes pueden tener demasiado protagonismo y hacer que nuestra decoración pierda efecto.
Por eso lo mejor es probar los estampados primero en un pequeño fragmento de la habitación, y luego mirarlos de lejos.
Si quieres decorar con rayas ten en cuenta que aunque dan a las habitaciones un toque muy moderno, juvenil y bastante informal tienen que tener el grueso adecuado, ya que si se hacen demasiado finas pueden desdibujarse y crear molestias visuales, existen personas que incluso se marean con ellas.
A la hora de elegir la orientación podemos ganar con ellas algunos efectos visuales:
las verticales dan altura a las paredes
mientras que las horizontales hacen que las paredes parezcan mucho más anchas
Otro motivo muy habitual son las flores y los cuadrados, que dan a nuestro hogar un toque campestre y que combinan muy bien con suelos de madera, el barro o los detalles coloniales.
El problema de este tipo de estampados es que pueden sobrecargar mucho las habitaciones, por eso es conveniente no abusar de ellos, sobre todo si tenemos también textiles y otros materiales en la habitación con materiales diferentes.
En las habitaciones infantiles, las cocinas, etc es habitual optar por motivos temáticos, como frutas o muñecas. Estas pueden ayudarnos a poner la guinda adecuada a nuestra pared, pero deemos tener en cuenta, al igual que con los cuadrados y las flores que estos motivos pueden competir con el resto de nuestra decoración y sobrecargarla.