Un hotel del País Vasco, situado en un palacio del siglo XVII entre caserones y con unas vistas increíbles. Así es el Iriarte Jauregia; un fantástico hotel en cuya restauración se respetó a la perfección su estructura y que tiene un sabor y un estilo como pocos.
El hotel conserva las viejas paredes de piedra de esta casona, o las vigas de madera de muchas de las habitaciones, dando sabor a un espacio que de por sí está decorado al detalle y en el que los materiales nobles como la madera, el cristal o el hierro se fusionan con muebles antiguos cuidadosamente restaurados y que llamarían la atención de cualquier coleccionista de antigüedades, o con hermosas obras de arte.
Las diecinueve habitaciones con las que cuenta el hotel son elegantes y sofisticadas. Cada una de ellas tiene personalidad propias y unas vistas de impresión. La decoración está al detalle, con muebles modernos y funcionales, y con un cuidado exquisito en los materiales, las texturas y los colores cálidos que se han elegido en pinturas y papeles para vestir las paredes y acompañar a otros elementos que dan carácter al espacio, como las fantásticas camas con dosel que hay en alguna de las habitaciones, o las vaporosas telas y cortinas que hay sobre algunas camas o en las ventanas.
En ellas, las paredes de piedra imprimen el carácter que tienen todas las casonas del norte, que junto a los suelos y las vigas originales del palacio, dan al ambiente una prestancia increíbles. De hecho, de un momento a otro te da la impresión de que va a salir una señora vestida de época recorriendo sutilmente los pasillos de este viejo palacio reconvertido en hotel.
El resultado de esta labor de interiorismo ha sido crear espacios agradables y equilibrados que invitan al descanso y al relax en un ambiente rural y chic a la par, ideal para perderse unos días este verano y disfrutar de todo lo que nos ofrece el País Vasco.
Más información | Iriarte Jauregia Hotel
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