Estamos a punto de comenzar junio. Un mes ideal para hacer escapadas. Y nos encanta encontrar edificios con sabor, edificios históricos que han sido rehabilitados para darles nueva vida como lugares especiales en los que alojarse.
Lugares como La Hospedería Convento de La Parra. Una hospedería que huele a campo, a silencio, a blanco, a azahar, a tomillo... y sobre todo, a historia.
Porque esta relajante hospedería, situada en La Parra, entre los Llanos de Tierra de Barros y las sierras de la Dehesa extremeña, abre sus puertas en lo que fue el convento de las Religiosas Clarisas.
Una joya del siglo XVII que una las características de los edificios monacales con la arquitectura típica de la Baja Extremadura. De su etapa como convento, este edificio conserva espacios como el encantador claustro, o la bella portada granítica que daba acceso a la antigua portería.
En la Hospedería, el blanco de los muros, las bóvedas de crucería, la piedra, la madera o el hierro son una constante, contribuyendo a dar ese sabor tan especial al lugar.
Ese mismo espíritu de respeto por el pasado que podemos ver en las zonas comunes se traslada a las 21 habitaciones de la Hospedería, ya que cada una de ellas recoge el espíritu original de las antiguas celdas de clausura del convento. Un ambiente que invita al relax y a la desconexión en un edificio que apenas tiene cobertura wifi.
Entre los atractivos de esta Hospedería, destaca también una piscina de aguas cristalinas situada en el antiguo huerto del convento, o el restaurante. Especializado en la gastronomía tradicional extremeña, el restaurante está situado en el antiguo refectorio del convento bajo las bóvedas de sus dos naves.
Más información | Hospedería Convento de La Parra
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