Una de las zonas más bonitas de la capital, es la parte del centro conocida como el Madrid de los Austrias. Un poco apartada del bullicio de la Plaza Mayor y sus aledaños, bajando por la calle del Cordón, que sale de la Plaza de la Villa, donde la Torre de los Lujanes se alza orgullosa, mostrando al siglo XXI todo el esplendor del s.XV, nos encontramos con el Jardín del Convento.
Una diminuta puerta alegremente pintada de azul y una ventana enrejada cuajada de flores nos invitan a entrar con un alegre sonar de cascabeles antiguos, que tintinean cuando empujamos la puertecilla, para entrar en...una antigua botica francesa .
Bien es sabido que los muebles de las antiguas farmacias son objeto de deseo de anticuarios y particulares. En El Jardín del Convento han conseguido una atmósfera de una calidez extremada. Paredes blancas con enormes aparadores de botica, color azul grisáceo, que la pintura decorativa convierte en un azul gustaviano, con la pátina del tiempo impresa en cada uno de sus viejas molduras talladas de madera.
Aparte de las maravillosas delicatessen, que de todos los conventos de España envían para su venta en la capital: perrunillas, mantecados, polvorones, hojaldres, mermeladas, membrillos, empanadillas de almendra y mil y un dulce realizados con las recetas que desde hace siglos se cocinan en los conventos, encontramos una mesa de comedor, de sobre en madera centenares de veces encerada, en madera oscura de grandes tablones un poco desvencijados y patas torneadascon faldón, decapadas en blanco.
Mesas castellanas y aparadores de madera maciza decapados en la misma gama de azul/gris y jardineras de hierro forjado llenas de margaritas, forman parte de una escueta decoración, con las láminas antiguas enmarcadas de plantas medicinales.
Un lugar muy especial para los amantes de los muebles antiguos decapados y de la sencillez del "menos es más". El Jardín del Convento... aviso: no apto si estás a dieta.
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