Ven y descubre el Comedor Romita, un restaurante mexicano de película, uno de los proyectos de interiorismo más hermosos de la temporada. Este contemporáneo espacio abierto ubicado en una azotea de un regio edificio de México DF fue concebido para disfrutar de las vistas y de las estrellas.
A pesar de ser un espacio gigante sin divisiones, tipo loft, su diseño es íntimo y extremadamente acogedor. Lleno de originalidades, con una azotea de ensueño tratada como si fuera un invernadero, una clásica baldosa en blanco y negro, plantas colgantes y una iluminación espectacular.
El concepto y diseño de Comedor Romita fue creado por Marcela Lugo, Arturi Dib y Rodrigo Espinoza. Se trata de una casa protegida por el Instituto Nacional de Bellas Artes, la cual usaron como marco ideal para albergar el Comedor Romita.
Desde el 2012, fecha en que abrió sus puertas, figura en la ciudad como uno de los restaurantes de referencia dentro de la oferta gastronómica de la ciudad, gracias a su cuidada selección de platos que rinden tributo a la auténtica cocina mexicana.
El Comedor Romita comparte espacio con la Galería Garash y próximamente el segundo piso albergará un local comercial con una tienda de música, libros y una cuidada selección con el trabajo de diseñadores mexicanos.
Paseando por todo el local te encuentras piezas del artista Richard Mozka y del fotógrafo Enrique Metinindez, entre muchos otros. En este restaurante convergen la buena comida, un ambiente distendido y personal, arte, diseño y buen gusto.
El establecimiento se diseñó respetando la estructura arquitectónica de la casa y comprometiéndose con un buen trabajo de recuperación y restauración. Los arquitectos añadieron esta maravillosa estructura inspirada en una estación de tren de principios de siglo pasado, con un techo de cristal y un gran ventanal al frente de la estancia.
Además se construyó un toldo retráctil que permite estar al aire libre cuando acompaña el tiempo y hace del restaurante un lugar versátil y mucho más especial. Además de ayudar a controlar la temperatura y el sol.
Un restaurante de ensueño, lleno de detalles, con un toque entre neorústico y bohemio chic. La paleta cromática es digna de mención, destaca por ser sobria, masculina y oscura, los tonos negros y kakis en la pared le dan un toque íntimo al local.
Los marrones de las mesas y suelos de madera natural oscura proporcionan calidez, y el blanco de las baldosas le da el contrapunto y le añade un toque entre sofisticado y colonial, ayudado también por las hermosas plantas colgantes.
Elegancia y sobriedad, diseño y calidez, son los adjetivos que mejor califican este restaurante de película. Si eres de México no te lo pierdas y si tienes pensado viajar a México no olvides pasarte por el Comedor Romita.
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