La eficiencia energética en el hogar no es imposible y sí depende mucho de los hábitos del usuario así como del equipamiento disponible. Es una meta que todos deberíamos tener bien presente por los múltiples beneficios que aporta; no sólo a nosotros individualmente en una reducción del gasto en energía sino también a nivel global en temas medioambientales.
Según datos obtenidos del noveno indice de Eficiencia energética en el hogar, los hogares disponen de un potencial ahorro en temas de consumo energético. El problema es que, hay muchos usuarios que tal vez por desconocimiento no sabe cómo instaurar nuevas medidas que le faciliten su consecución.
Normativa sobre eficiencia energética
Podríamos establecer como exigencias básicas los siguientes puntos:
Limitación de demanda energética. O lo que es lo mismo, no permitir que los edificios sobrepasen un valor que se considera óptimo para alcanzar el bienestar de sus habitantes.
Rendimiento de las instalaciones térmicas.
Eficiencia energética de las instalaciones de iluminación.
Contribución solar mínima de agua caliente sanitaria.
Contribución fotovoltaica mínima de energía eléctrica.
Con estas exigencias se garantiza que el uso de energía en el día a día de los usuarios se realiza de forma correcta. Claro que a todo esto hay que sumar una métrica que permita valorar las acciones. Por ello, para conseguir una eficiencia energética adecuada debemos considerar cuantificar el consumo eléctrico del equipamiento, realiza un control sobre la gestión del consumo y por último, realizar un mantenimiento adecuado. Analizando estos tres puntos podremos conocer el nivel de eficiencia de uno hogar.
Cómo ser eficientes energéticamente
Conseguir la eficiencia energética es algo que debe comenzar en cada usuario. A continuación conoceréis una serie de buenas prácticas que nos ayudarán a consumir de forma responsable, pero sobre todo eficiente.
Buenas prácticas en calefacción
- Tener bien aislado el hogar evita costes de calefacción y disminuye la necesidad de refrigeración en verano.
- Aprovechar las horas más soleadas y abrir las persianas y contraventanas para que generar calor que caliente nuestro hogar. Igualmente, por las noches cerrar para evitar perdidas de calor.
- Las cortinas en ventanas y balcones ayudan a mejorar el aislamiento del hogar.
- Si dispones de radiadores realiza un correcto mantenimiento para que se conserven limpios y así no se vea afectada a su capacidad de calentar.
- Haz uso de termostatos o relojes programables para regular la temperatura.
- No conectar radiadores, estufas u otros dispositivos en habitaciones que no están siendo ocupadas.
Buenas prácticas en iluminación
- Instala lámparas de bajo consumo y fluorescentes. La iluminación LED es una opción aunque la inversión es más alta, por tanto sólo deberíamos optar por ellas en estancias donde requiramos una iluminación de calidad durante muchas horas al día
- Los fluorescentes son mejores para zonas como cocinas o cuartos de baño. Pero debemos saber que si vamos a ausentarnos poco tiempo es mejor no apagarlo.
- Por el contrario, en el salón, dormitorio u otras habitaciones, si no vamos a estar es mejor apagar todas las luces.
- Haz uso de reguladores o de varios interruptores para controlar las luces de espacios grandes.
- Los detectores de presencia son una buena opción para controlar las luces de ubicaciones con poco acceso (trasteros, garaje, sótanos,…)
- Si usas luces exteriores instala sistemas que permitan apagarlas durante el día
- Mantén limpias tus luminarias para que den su máxima luz posible.
Buenas prácticas para el uso de electrodomésticos
- Conocer su eficiencia energética y cambiar de dispositivo en el caso de que sea desproporcionado el consumo. Por ejemplo, mejor placa de inducción que vitrocerámica.
- En el caso del frigorífico, evita abrir y cerrar de forma frecuente. Con cada apertura perdemos frío en su interior, algo que fuerza a enfriarlo de nuevo a costa de consumir más energía que, si sólo debe mantener la temperatura.
- Colocar el frigorífico en una zona más fresca de la cocina
- Para la lavadora, usa programas que utilicen el agua a la menor temperatura posible.
- Haz uso de la lavadora a su máxima capacidad, no en lavados cortos.
- Usa la cantidad de detergente adecuada. Un exceso nos obliga a lavados más largos para conseguir eliminarlo todo durante el enjuague.
- Centrifugados a 1.200 rpm nos ayuda a evitar el uso de la secadora
- Si usamos vitrocerámica o placa de inducción, usemos sartenes y ollas adecuadas. Una sartén para placas de inducción se calienta antes que otra que sólo está preparada para vitrocerámicas.
- Cocinar con la tapa permite ahorrar al conseguir que los alimentos se hagan antes.
- Evita el consumo constante de aparatos que no usas apagándolos por completo si sabes que no lo necesitas.
Ser eficientes no es complicado
Conseguir la eficiencia energética no es complicado ni imposible. La mayoría de prácticas obedecen al sentido común por lo que no cuesta nada llevarlas acabo. De todos modos, si hubiera que destacar dos las elegidas serían:
- Controlar las posibles pérdidas de calor o entrada de frío que podemos sufrir si nuestras ventanas no son eficientes.
- Hacer un uso inteligente de la lavadora, frigorífico y cocina.
Es cierto que otros dispositivos como ordenadores –muy presentes en nuestro día a día– televisores o equipos de sonido consumen, su gasto no es tanto como el de electrodomésticos o sistemas de calefacción o aire acondicionado.
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