Un rincón de relax hecho con ramas y palés

A la hora de acondicionar un espacio de exterior para el relax, podemos elegir entre montar un caro decorado a base de muebles, pérgolas y toldos, o echar mano del ingenio y de los elementos que tenemos más a mano y otros que podemos encontrar en la calle. Esta imagen que hemos visto en Poppytalk es un buen ejemplo de esta última opción, un rincón con reminiscencias hippies en el que echar la siesta a la sombra de media tarde o hacer una tertulia tras la cena.

El primer punto a favor es que no hacen falta grandes espacios para montarlo. La superficie que ocupa es de poco más de cuatro metros cuadrados, y tampoco se necesita una puesta en escena demasiado cuidada, es decir, ni césped, ni tarima, ni un suelo especialmente cuidado. Aprovecharemos el suelo natural, con sus imperfecciones, sus hierbas y sus hormigueros ocultos.

El segundo paso es merodear por una obra y rescatar varios palés que se hayan desechado. Unas capas de selladora y pintura, verde agua en este caso, y estarán listos para ofrecer asiento, una vez cubiertos por una colchoneta. Para ello se puede aprovechar ese viejo colchón que pulula de trastero en trastero, que nadie quiere tirar pero no encuentra una función. Aquí le proporcionamos un empleo digno.

Dos ramas largas, toscas y sin tratar, dan soporte a un toldillo, no más de dos metros de tela sujetos al tejado de la casa. Recomendamos encarecidamente utilizar ramas que encontremos ya cortadas, nunca cortarlas directamente del árbol. Y si no las encontramos, seguro que en una tienda de bricolaje podremos comprar dos listones que las sustituyan.

Unos almohadones mullidos servirán de marco y de apoyo al improvisado sofá, y como servicio, unas mesitas hechas con restos de tala. Unos pocos objetos de mimbre decoran con acierto este rincón al borde de un lago.

Como podemos observar, sin invertir apenas dinero y con un poco de trabajo, podemos acondicionar un rincón para el verano que invite a la holganza y el relax.

Imagen vía | Poppytalk
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