Cuántas veces os habrá pasado que os lleváis la mesa para el jardín o la terraza para celebrar una comida con amigos y esa agradable brisa que os acompaña, coge algo más de fuerza y empieza a hacer volar las cosas que tenéis sobre la mesa. Sobre todo cuando en una comida campestre usamos vajilla de plástico o papel eso puede ser un infierno.
Uno utiliza todos los recursos que tiene a su alrededor para intentar que platos, vasos y servilletas no salgan volando. Hay algunas soluciones, por ejemplo se pueden colocar piedras o pesos en general sobre los objetos para evitar que se escapen, pero si contamos con una mesa especialmente diseñada para esta situación, todo resultará mucho más sencillo.
La mesa cuenta con su espacio individual para cada cosa, en la superficie hay espacios con cierta profundidad para colocar platos y vasos, de ese modo evitamos que deslicen sobre la superficie de la mesa y se acaben cayendo. También las sillas cuentan con bolsillos en los que colocar algunos objetos personales, como el móvil o las gafas de sol.
En mi opinión habría que probarla para ver si funciona tan bien como parece, ya sabéis que suelo ser un tanto escéptica con según que cosas. Pero en principio, entiendo que sí, porque tampoco tiene que resistir vientos de cientos de kilómetros por hora, si los hubiese ya no comeríamos fuera, así que parece que puede ser una buena solución y una gran idea.
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