El panorama de la iluminación tal y como la conocemos hasta ahora parece que está en vías de sufrir importantes cambios en un futuro cercano. La progresiva desaparición de las bombillas de filamento, que ya ha comenzado a aplicarse, anuncia una era de avances beneficiosos para todos. Ya hace un tiempo nos preguntábamos en esta ventana, en una animada charla con los lectores, si las bombillas que vendrían a sustituir a las tradicionales tendrían unas características óptimas que no nos hicieran echarlas en falta.
Bombillas de bajo consumo que tardan un tiempo en activarse y rendir al 100% mientras lucen unos diseños y tamaños poco agraciados y ligeros nos desanimaban en esta evolución. Ya nos llegaban entonces voces que hablaban del LED como el futuro, pero todavía entonces era una tímida promesa poco efectiva en la práctica.
Hoy en día parece que los productos y tecnologías evolucionan a la velocidad del rayo, y lo que hace un año anhelábamos ya está tomando visos de realidad. Philips presentó recientemente sus soluciones basadas en productos LED y Decoesfera estuvo allí para tomar una primera impresión.
Dando importancia a la tendencia actual de pasar más tiempo en el hogar, tomando este como un lugar en el que disfrutar del ocio, reunir amigos y encontrar relax, Philips ha puesto énfasis en diseñar una gama de elementos con luz dinámica con la que poder personalizar cada espacio según el momento y estado de ánimo, acorde con el momento vivido o deseando recrear un ambiente especial.
los Led son diodos que emiten luz a partir de la corriente eléctrica que permiten un ahorro energético de hasta un 80%, reduciendo las emisiones de CO2. A este importante punto se suma el hecho de que no emiten calor, una cuestión que introduce muchas ventajas.
La suite Royal del Hotel Villamagna de Madrid se vistió para la ocasión con los productos Philips basados en Tecnología LED. Allí pudimos verlos tal y como lucirían en un hogar. Vimos en acción Living Colors, un producto ya conocido que ahora se encuentra también en un tamaño menor, dotado un soporte de pie y con la esfera decorada. Experimentamos la sensación de pasar de un ambiente a otro sin cambiar de decoración mediante el color y la intensidad de la luz, pulsando el mando a nuestro antojo o dejando que los comandos pre-programados hicieran su trabajo.
Varios pequeños objetos solucionaban una iluminación íntima sin los inconvenientes de tener un molesto cableado tras de sí, o correr el riesgo de iluminar con velas. El florero Lumiware, con los LEDs incorporados en su cuerpo, irradiaba luz de colores mientras alojaba un ramo de flores. Con carga por inducción, elimina los cables y las pilas.
Un pequeño aparato llamó mi atención, quizá el más ligero y pequeño de todos, pero con una aplicación muy agradable y efectiva para quienes gustan de abrir un libro mientras a su lado hay quien duerme. Se trataba de una pantalla transparente que se coloca sobre la hoja y la ilumina por completo, parecía muy cómoda de uso y alejada de otros sistemas menos efectivos.
Junto a la cama descansaba una pequeña luminaria que al acercar la mano a ella se iluminaba, GuideLight, una solución bastante acertada como luz de noche que incluso se podía transportar, siendo de gran utilidad tanto para niños como para personas que habitualmente se levantan en la noche y necesitan una luz de guía para transitar por el hogar.
Junto a ella se encontraba la lámpara de lectura Ledino, una luminaria disfrazada en realidad, pues podría pasar por un objeto meramente decorativo. Unos suaves e intuitivos toques bastaban para que se convirtiera en una discreta lámpara de mesa.
En todas las estancias lucían unas “velas” que daban un ambiente de intimidad, pero donde más destacaban era en el baño, velando el borde de la bañera y algunas directamente flotando sobre el agua.
Podría contaros sobre algunos productos más, pero prefiero centrarme en las bombillas de LEDs que pudimos tener en nuestras manos. Todas ellas tenían una apariencia similar a las bombillas tradicionales, incluso las de tamaño más pequeño, algo que en lámparas de bajo consumo hasta ahora era casi impensable. De cristal trasparente y diseño ligero, parecen la solución ideal para aquellas lámparas que llevan las bombillas al descubierto, uno de los puntos flacos de las lámparas de bajo consumo hasta ahora.
También las bombillas circulares que utilizan los focos y lámparas halógenas están de enhorabuena, ya que cuentan con sustitutos LEDs que gozan de los mismos diámetro, tamaños y conectores. Una duración de hasta veinte años compensa su precio con un ahorro considerable de energía a lo largo del tiempo.
La reflexión es clara, si en menos de dos años se ha vivido una evolución tan grande en el terreno de la iluminación gracias a la tecnología LED, ¿que no veremos en otros dos años?
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