Hace tiempo que tengo ganas de hablar de la adaptación de algunos clásicos de andar por casa a los últimos tiempos. Las cortinas antimoscas, el hule, la mesa camillla o las estufas de gas, tan presentes en los hogares de nuestro país hace algunos años, cuando nos importaba bastante menos el diseño, no han desaparecido del todo, siguen ahí, reinventándose a sí mismos en busca de una nueva oportunidad.
La estufa de gas butano que vemos arriba es el modelo Delonghi SBF2, sin duda un buen ejemplo de esa adaptación. Su estética es innovadora y elegante y su estructura de acero pintada, carente de ángulos cortantes y con mandos laterales ergonómicos, difiere bastande de aquellas que muchos de nosotros recordamos.
Las características técnicas y las prestaciones han evolucionado paralelamente al diseño. Este modelo, de quemador con llama azul, está equipado con un termostato altamente sensible, pensado para la selección y mantenimiento de la temperatura ideal. Esta característica nos permite un uso más económico de la unidad, reduciendo el consumo energético y variando la emisión de gas desde un mínimo de 1.500 W hasta un máximo de 4.200 W.
Por la seguridad tampoco hay que preocuparse: tiene un doble sistema, con dos dispositivos que interrumpen inmediatamente el flujo de gas en caso de apagado de la llama o si el porcentaje de dióxido de carbono supera el 1,5%.
Cuesta 150 euros, mide 79×43×46cm. y es capaz de calentar espacios de hasta 42 m2. Parece una buena alternativa para una casa de campo o para un minipiso de un sólo ambiente en el que no podamos hacer obra. Qué os parece, ¿rehabilitamos la estufa?
Sitio oficial | Delonghi
Ver 12 comentarios