¿Quién no ha soñado de pequeña con tener un hada madrina? O mejor, con ser un hada. Seguro que muchas de vuestras niñas quieren serlo y seguro que vosotros intentáis en la medida de lo posible que su cuarto se adapte a sus fantasías. El boceto del dormitorio que veis sobre estas líneas pertenece a una niña que pidió vivir como un hada en un árbol y tener en él su cama.
El resultado son las imágenes que veis debajo de este párrafo, en el que la casa Kidtropolis, experta en muebles infantiles a medida, puso toda la carne en el asador y diseñó este cuarto al que no le falta ningún detalle. En el centro, claro está, tenemos una cama que es redonda , al contrario que las camas que solemos encontrarnos en las habitaciones infantiles. Alrededor se pueden poner barrotes si se quiere usar de cuna (aunque yo la veo un poco grande para bebés) pero se pueden quitar conforme la niña crezca.
La cama por fuera está forrada de madera sin tratar, a modo de tronco de árbol auténtico, y se puede entrar en ella mediante unos escalones inspirados en las setas que les salen a los árboles. En vez de mesilla, una parte de la cama cuenta con una repisa para dejar los libros por la noche y en algunas partes del mueble se han puesto flores secas e imitaciones de musgo para dar más autenticidad al árbol.
En la parte de fuera hay varias estanterías en la que las niñas podrían dejar libros o juguetes mientras no los estén usando, aunque yo creo que podrían haber aprovechado mejor el espacio con más huecos. Sobre la cama se ha colocado un dosel (rosa, como no podría ser de otra manera) y dos lámparas cuyas pantallas imitan a dos flores, lo que le da un aire más romántico si cabe a la habitación.
También quiero que os fijéis en el árbol que han creado en una esquina volviendo a usar corteza y con un par de armarios pequeños donde guardar juguetes y secretos, ya que desde fuera no se ve qué hay dentro. Al llegar al techo, el árbol se abre en múltiples hojas que cuelgan dando la sensación de que nos encontramos en una selva.
Por último, quería destacar las pequeñas estanterías unidas por casitas, que terminan de meternos en un cuento de hadas. Y por supuesto la puerta de entrada a la habitación en la que un cartel nos advierte "Fairy Crossing", "Paso de hadas".
El problema es que es un dormitorio completamente artesanal y no está a la venta en ninguna tienda de muebles. Si os gusta para vuestras niñas, vais a tener que escribir al contacto de la web Kidtropolis donde os harán un presupuesto a medida.
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